Las palabras no alcanzan a expresar el objetivo fijado, y el lenguaje obstaculiza más bien que ayuda. El pensamiento humano está entrando ahora en un campo para el cual no existe hasta hoy ninguna verdadera forma de expresión; no existen términos adecuados y las palabras símbolo dice muy poco. Cuando se inventó el automóvil y la radio, fue necesario crear una serie de términos, frases, sustantivos y verbos totalmente nuevos; así, en el futuro, el descubrimiento de la realidad de la existencia del alma deberá ser encarado con un nuevo lenguaje. Un hombre de la era Victoriana que escuchara el léxico técnico desde los actuales laboratorios de radio, o al empleado en los talleres actuales, no comprendería absolutamente nada. Del mismo modo, el sicólogo moderno muchas veces ignora y no comprende lo que tratamos de decir, porque no se ha desarrollado aún el nuevo léxico y los antiguos términos son inadecuados. En consecuencia, sólo puedo emplear los términos que me parecen ser más convenientes, sabiendo que no expreso la verdadera significación de mis ideas y, por lo tanto, sólo obtienen una comprensión y concepción aproximadas de las ideas que me esfuerzo por exponer.