“El centro humano se hace intensamente invocador; este llamado invocador, dirigido conjuntamente en forma unida hacia el segundo centro mayor, la Jerarquía, evoca inevitablemente una respuesta. Tal invocación, acompañada de la imaginación creadora, producirá esa nueva actividad creadora que traerá a la existencia ‘el nuevo cielo y la nueva tierra’.” [Los Rayos y las Iniciaciones p. 454]
La Ciencia de la Meditación y los Mantras son poderosos medios para dirigir correctamente, elevar y potenciar la Invocación.
“El oriental progresa llevando el centro de la conciencia a la cabeza, valiéndose de la tenaz meditación. Es el centro que debe dominar; aprende por el uso inteligente de los mantras, recluyéndose, aislándose y siguiendo cuidadosamente fórmulas específicas durante muchos días y horas.
“El occidental, al principio, trata de retrotraer su conciencia primeramente al corazón, porque ya trabaja excesivamente con los centros de la cabeza. Actúa empleando fórmulas colectivas más que mantras individuales; no trabaja tanto en la soledad como su hermano oriental, porque tiene que buscar su centro de conciencia en medio del ruido y agitación de la vida comercial y de las multitudes de las grandes ciudades. Emplea fórmulas colectivas para conseguir sus fines, y el despertamiento de su centro cardíaco se manifiesta en servicio. De allí que en Occidente se haga hincapié sobre la meditación en el corazón y en la consiguiente vida de servicio.
“… observarán que cuando se haya iniciado la verdadera tarea ocultista, el método puede diferir (diferirá necesariamente) en Oriente y Occidente, pero la meta perseguida será la misma. Se ha de tener en cuenta, por ejemplo, que una meditación que ayudaría a desarrollar a un oriental, podría ser peligrosa y desastrosa para su hermano occidental y viceversa, siendo la meta siempre la misma. … El peligro surge cuando el occidental basa sus esfuerzos sobre reglas que son apropiadas para el oriental, como oportunamente se ha hecho notar con inteligencia. La sabiduría de los Grandes Seres contrarresta este peligro. [Cartas sobre Meditación Ocultista, p. 91-92]
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