EL TRABAJO DEL CRISTO EL DÍA DE HOY

LA EXTERIORIZACIÓN DE LA JERARQUÍA*

El Trabajo del Cristo el Día de Hoy

Mensaje de Pascua de 1945

No olviden un punto importante. La Jerarquía misma es la consecuencia de la actividad y de la aspiración de la humanidad; ha sido creada por la humanidad. Sus miembros son seres humanos que han vivido, sufrido, fracasado, realizado, triunfado, soportado la muerte y pasado por la experiencia de la resurrección. Son de la misma naturaleza de quienes hoy luchan con los procesos de desintegración, pero que, a pesar de todo, llevan en sí la simiente de la resurrección. Los miembros de la Jerarquía conocieron y dominaron todos los estados de conciencia; los dominaron como hombres, garantizando así a la humanidad la misma realización máxima. Tenemos la tendencia a considerar a los miembros de la [e392] Jerarquía [i473] como radicalmente distintos de la humanidad, olvidando que la Jerarquía es una comunidad de hombres triunfantes que se sometieron anteriormente a los fuegos purificadores del diario vivir, trabajaron por su propia salvación como hombres y mujeres del mundo, comerciantes, marido y mujer, y como agricultores y gobernantes; por lo tanto, conocen la vida en todas sus fases y graduaciones. Superaron las experiencias de la vida. Su Gran Maestro es Cristo; pasaron por las iniciaciones del nuevo nacimiento, del bautismo, de la trasfiguración, de la crucifixión final y la resurrección. Pero todavía son hombres y se diferencian del Cristo sólo en el hecho de que Él, el primero de nuestra humanidad en alcanzar la divinidad, el Primogénito de una gran familia de hermanos (según lo expresa San Pablo), el Maestro de Maestros e Instructor de ángeles y de hombres, fue considerado tan puro, tan santo y tan iluminado que se Le permitió personificar para nosotros el gran principio cósmico del amor; de esta manera Él nos reveló, por primera vez, la naturaleza del corazón de Dios.

Por lo tanto, estos hombres perfectos existen. Son más que hombres porque el espíritu divino en ellos registra todos los estados de conciencia y concienciación subhumana, humana y superhumana. Este desarrollo inclusivo les permite trabajar con los hombres, contactar con la humanidad cuando es necesario, y saber cómo guiarnos hacia las fases de la resurrección.

A esta altura no necesito extenderme sobre el mundo al que Ellos están intentando ayudar y salvar. Los verdaderos pensadores conocen el estado actual de la humanidad. Devastación, crucifixión, masacre y muerte están generalizados; tristeza, dolor, desilusión y pesimismo condicionan el pensamiento y las reacciones de millones de personas; mientras que la situación de las masas, indefensas e irreflexivas, ha llegado a un inconcebible sufrimiento. La ignorancia, la incomprensión y el egoísmo de los hombres, en todas partes, especialmente en los países que escaparon a los estragos de la guerra, agravan la situación. No obstante, la Jerarquía encara hoy con serenidad y confianza Su ardua tarea.

Quisiera referirme brevemente a un solo aspecto de Su trabajo, pues tiende a causar incomprensión [i474] entre los de visión estrecha y (si puedo describirlos) con corazones constreñidos, aunque amorosos. Me refiero a la actitud asumida por la Jerarquía durante los últimos años de guerra. Esta actitud dio lugar a críticas. Permítanme ser explícito y además introducir la ecuación tiempo. Bien puedo hacerlo, porque mediante mis escritos se ha afirmado y expuesto públicamente la posición de la Jerarquía.

En 1932 escribí una serie de folletos destinados a movilizar a los discípulos del mundo bajo el nombre del Nuevo Grupo de Servidores [e393] del Mundo y a incitar a los hombres y mujeres de buena voluntad en un esfuerzo final para despertar a la humanidad a la necesidad de cambiar. Traté de promover una limpieza de hogar mundial e inducir a los hombres a dar los pasos necesarios para evitar la guerra una guerra que la Jerarquía veía acercarse, día a día. De una forma no comprendida ni soñada por el hombre común, las Fuerzas del Mal estaban emergiendo de una manera muy potente de su antigua guarida; estaban decididas a buscar a quienes ellas pudieran moldear y obsesar, y de ese modo apresurar al género humano hacia el desastre. Hallaron mentes responsivas a sus instigaciones malignas en todos los países; descubrieron también que era posible tomar posesión de dos países, Japón y Alemania y en mucho menor medidade Italia.

La Jerarquía, previendo esto, intentó contrarrestar dichos esfuerzos; apelaron a las personas de mente espiritual del mundo; Su llamado llegó a millones y culminó en Mayo de 1936 en un esfuerzo planetario donde se utilizó la Gran Invocación en vasta escala en la mayoría de los países del mundo. Su obra de amor continuó durante tres años más. La Jerarquía se esforzó por salvar a la humanidad y hacer ver a los hombres el inminente peligro que se cernía sobre ellos; trató de detener el egoísmo humano y de dar una nueva orientación a los valores espirituales y así impedir la guerra. Sus esfuerzos fracasaron. Los hombres y mujeres de buena voluntad y las personas de tendencia espiritual fueron incapaces de apreciar la verdadera naturaleza del inminente peligro. Algunos se dieron cuenta e hicieron cuanto pudieron; pocos trabajaron esforzadamente, confiados en la sabiduría [i475] de los que sabían, y les pidieron ayuda; la mayoría se sintió perturbada y preocupada, pero ninguno de ellos comprendió suficientemente el doble peligro que enfrentaba a la humanidad: el peligro que surgía del egoísmo y la codicia humanos, más el peligro que se acercaba a la tierra, debido a las fuerzas combinadas del mal. Estas fuerzas estaban organizadas por seres de la más maligna y experta experiencia; se habían preparado para obsesar y luego dominar al negativo pueblo alemán, regido por un grupo de hombres de tan positivo egoísmo y agresivo espíritu materialista, que fácilmente podían convertirse en agentes de las fuerzas subjetivas del mal.

En septiembre de 1939, la suprema malignidad se desató en la Tierra. Debido a que la Jerarquía no pudo ni quiso infringir el libre albedrío humano, se manifestó el mal que la humanidad misma había engendrado, apareciendo algo a lo cual algunas naciones e individuos respondieron; así se inició la segunda guerra mundial. El mal desenfrenado tomó posesión de la Tierra, valiéndose de las naciones del Eje, y los alemanes invadieron Polonia. Este país fue el receptor del primer impacto, debido a su egoísmo [e394] nacional, la supresión de las clases inferiores, la exaltación de una aristocracia de mentalidad fascista y su odio a los judíos. Las Naciones Aliadas empezaron entonces a organizarse lentamente bajo la inspiración de las Fuerzas de la Luz. Se desató la guerra.

Bajo estas circunstancias, ¿qué podía hacer la Jerarquía? A la humanidad se le dio plena oportunidad para evitar que el mal descendiera a la manifestación. Los dirigentes y los humanitarios proclamaron la necesidad de reformas. ¿A qué bando debía apoyar e influir la Jerarquía? ¿Debía tomar partido o mantenerse apartada y adoptar la posición del que mira, el observador? ¿Debía mantenerse por encima de los actos de la humanidad y esperar a que se decidiera la batalla? ¿Debía ajustarse a las ideas sentimentales del público religioso y hablar sólo de paz cuando no había paz alguna, y adoptar la actitud negativa [i476] de amor a todos los pueblos mientras el odio se extendía desenfrenado sobre la Tierra?

Debe recordarse que si esta guerra se hubiera parecido a otras guerras ocurridas en el trascurso de los siglos, y simplemente hubiera sido una lucha entre grupos humanos y naciones, la Jerarquía habría permanecido al margen del conflicto y dejado al género humano decidir la victoria, en mérito de los bandos en lucha. Pero esta vez algo más estaba involucrado, y la Jerarquía lo sabía. Esta guerra no sólo ha sido un conflicto agresor entre naciones o de odio entre los exponentes de ideologías antagónicas, sino algo mucho más serio. La Jerarquía sabía que fuerzas extremadamente poderosas se aprovechaban de la estupidez humana para entrometerse en los asuntos humanos, y que poderosos grupos de seres malignos estaban organizados para explotar la situación mundial existente. Sabía también que la combinación del antiguo mal con el egoísmo de los hombres sería inevitablemente demasiado fuerte incluso para las Naciones Aliadas, si no recibían ayuda para enfrentar a las Potencias del Eje y a los Señores del Mal que surgieron de su guarida. La Jerarquía se puso del lado de las Naciones Aliadas y lo hizo saber. Decidido esto, se tomaron medidas físicas precisas para ayudar a las Fuerzas de la Luz; hombres y líderes fueron cuidadosamente elegidos, y discípulos escogidos fueron ubicados en posiciones de poder y autoridad. Los líderes de las Naciones Aliadas y de sus ejércitos no son hombres sin Dios, como son los líderes de las Potencias del Eje; son hombres de rectitud y de propósito espiritual y humanitario y de ese modo son capaces de trabajar consciente o inconscientementebajo la inspiración de la Jerarquía. Esto ha quedado ampliamente demostrado. En virtud de esta decisión de la Jerarquía, el Cristo se convirtió automáticamente en el Líder de estas Fuerzas.

El trabajo del Cristo ha sido grandemente entorpecido por el dulce sentimentalismo del cristiano irreflexivo y por el pacifista [e395] bien intencionado, pero a menudo ignorante. Ambos grupos sacrificarían el porvenir de la humanidad a métodos temporarios de “tratar bien” o “ser amable” o tomar medidas suaves. Las fuerzas del mal, acechando al mundo el día de hoy, no entienden [i477] tales medidas. El grito de tales personas de que “Dios ama a todos los hombres” es verdad verdad eternamente y para siempre. Es uno de los hechos inalterables de la existencia misma. Dios ama, sin distinción y sin tener en cuenta raza o credo. Para esa Gran Vida nada importa sino la humanidad y su perfeccionamiento, porque de la humanidad depende la salvación de todos los reinos en la naturaleza. Pero esta declaración (hecha en tiempo y espacio y cuando concierne al aspecto forma y no al espíritu en el hombre) es frecuentemente engañosa, y los de mente simple tienden a olvidar que el Cristo dijo: “El que no está conmigo está contra mí”.

Los hombres tampoco comprenden el poder del pensamiento manejado por Quienes trabajan bajo y con el Cristo. Pensamiento es pura energía divina, impersonal y como el solse derrama igualmente sobre los dignos y los indignos, a menos que sea definitiva y deliberadamente dirigida. La Jerarquía se ha visto frente al problema y a la necesidad de evitar que esa energía de pensamiento pura e impersonal no hallara su camino hacia las filas de aquellos que estaban luchando contra las libertades humanas, pues estimula las mentes y los procesos mentales de los buenos así como de los malos. A este peligro Ellos lo contrarrestaron deliberadamente dirigiendo Su pensamiento a las fuerzas que luchaban a las órdenes de los líderes de las Naciones Aliadas y poniéndose abiertamente de parte de las rectas relaciones humanas. No se atrevieron a obrar de otra manera pues en su lugar y circunstancias dadaslos líderes de las fuerzas del mal demostraron ser más sagaces y calculadores que quienes luchaban por la libertad humana. Esta es la diferencia, y su necesidad, que frecuentemente pasan por alto algunos pensadores cristianos bondadosos y bienintencionados pero ignorantes.

El trabajo del Cristo en relación con la guerra ha sido también entorpecido por los de mentalidad comercial en todas las naciones, particularmente en los países neutrales, quienes sacaron provecho de la guerra, como también por los intereses del “mundo de los grandes negocios” en muchos países. Estos se enfocan en este momento a través de ciertos grupos adinerados en toda nación poderosa, particularmente en los Estados Unidos. El Cristo ha sido obstaculizado también por esos individuos que [i478] explotan la difícil situación de la humanidad sufriente para su propia ventaja financiera.

Por lo tanto, cuando estalló la guerra y la humanidad decidió luchar y las fuerzas del mal fueron desatadas sobre nuestro planeta, la Jerarquía cesó en Sus esfuerzos para traer paz mediante buena voluntad y Se puso abiertamente del lado de los que luchaban para hacer retroceder a su lugar de origen a las fuerzas [e396] del mal y derrotar a las naciones del Eje. A causa de esta decisión de la Jerarquía, los irreflexivos pretenden que las declaraciones de los que representan a la Jerarquía en la tierra han sido contradictorias y que las acciones de la Jerarquía no han sido compatibles con sus ideas preconcebidas sobre cómo debería demostrarse el amor. Durante los últimos cinco años, por lo tanto, los esfuerzos del Cristo y de Sus seguidores, los Maestros de la Sabiduría, fueron dirigidos a esclarecer las verdaderas cuestiones en las mentes de los hombres, a indicar las líneas en las que debería emprenderse la correcta acción y a unificar la política interaliada. Se ocuparon de agrupar a los hombres de buena voluntad en todo el mundo en preparación para el Ciclo de Conferencias y los reajustes mundiales venideros. Buscaron proteger a los que sufren, organizando métodos de socorro, guiando las mentes de los jefes de los ejércitos, e incitando a la opinión pública a dar esos pasos que finalmente conducirán a rectas relaciones humanas. Temporariamente, los pueblos alemán y japonés han sido abandonados a su suerte y a mercedes1 de las fuerzas del mal. El presente desastre en Alemania es el testimonio de lo que el mal puede traer a quienes lo siguen. Además de todos estos modos de fortalecer a las Fuerzas de la Luz y de sacar a la humanidad del mal que ha descendido sobre ella, la Jerarquía también se ha ocupado de líneas de actividad que no pueden ser reveladas, porque se relacionan con la manipulación de las fuerzas subjetivas del mal. Podemos apreciar la potencia de tales fuerzas por el largo período que ha durado la guerra y también por el hecho de que dos naciones hayan sido capaces de resistir, hasta hace unos meses, a un mundo entero de Naciones Aliadas contra ellas.

Este es un hecho fenomenal en sí mismo y atestigua [i479] la fortaleza del grupo maligno objetivo y subjetivoque trató de dominar al género humano. Si la Jerarquía no Se hubiera puesto del lado de las Naciones Aliadas y arrojado el poder de su pensamiento a la batalla, la victoria podría estar todavía muy lejos. Hoy está casi en nuestras manos.

Como dije en otra parte, es una falacia creer, como algunos lo hacen, que la tendencia principal del trabajo del Cristo es por medio de las iglesias o las religiones mundiales. Él necesariamente trabaja por ese medio cuando las condiciones lo permiten y hay un núcleo viviente de verdadera espiritualidad dentro de ellas, o cuando su llamado invocador es suficientemente poderoso para llegar hasta Él. Usa todos los canales posibles por los cuales pueda expandirse la conciencia del hombre y lograrse la correcta orientación. Es, por lo tanto, más correcto decir que trabaja constantemente como Instructor del Mundo y que las Iglesias no son más que uno de los medios de enseñanza que Él utiliza. Todo cuanto ilumina las mentes de los hombres, toda propaganda que tiende a ocasionar rectas relaciones humanas, todos los modos de adquirir conocimiento real, todos los métodos de [e397] trasmutar el conocimiento en sabiduría y comprensión, todo cuanto expande la conciencia de la humanidad y de todos los estados subhumanos de concienciación y sensitividad, todo lo que desvanece el glamour y la ilusión, que trastorna la cristalización y perturba todas las condiciones estáticas, son actividades realistas del departamento dentro de la Jerarquía que Él supervisa. El Cristo está limitado por la cualidad y el calibre del llamado invocador de la humanidad y que, a su vez, está condicionado por el punto en la evolución alcanzado.

En la Edad Media de la historia, y antes, fueron las iglesias y las escuelas de filosofía las que proveyeron las principales avenidas para la actividad del Cristo, pero hoy no es así. Las iglesias y la religión organizada harían bien en recordarlo. El Cristo ha trasferido Su énfasis y atención hacia dos nuevos campos de esfuerzo: primero, al campo de la educación mundial, y segundo, a la esfera de implementar inteligentemente esas actividades que están bajo el departamento de gobierno en sus tres aspectos de capacidad para gobernar,2 política y legislatura. La gente común hoy está despertando a la importancia y [i480] responsabilidad de gobierno; por lo tanto, la Jerarquía comprende que antes de que el ciclo de verdadera democracia (como esencialmente existe y finalmente se demostrará) pueda venir a la existencia, es imperativamente necesaria la educación de las masas en capacidad de gobernar cooperativa, en estabilización económica mediante correcto compartir, y en limpia, política interacción. El largo divorcio entre religión y política debe terminarse, y esto ahora puede ocurrir debido al alto nivel de la inteligencia humana masiva, y al hecho de que la ciencia ha acercado tanto a todos los hombres, que lo que sucede en alguna zona remota de la superficie de la tierra es materia de interés general en pocos minutos. Tiempo y espacio ahora son anulados.

Alice A. Bailey

1tender mercies

2statesmanship.

*Referencias:

página del libro en español [e###]

página del libro en inglés [i###]