BUENA VOLUNTAD MUNDIAL EN ACCIÓN
“… El tiempo en el que la humanidad será capaz de pensar en términos universales todavía está muy por delante, pero el hecho de que podamos hablar de ello, desearlo y planearlo, ciertamente es la garantía de que no es imposible. La humanidad siempre ha progresado de una etapa de iluminación a otra y de gloria en gloria. Hoy estamos en camino a una civilización mucho mejor que la que el mundo haya conocido jamás, y hacia condiciones que asegurarán una humanidad mucho más feliz, que verá el fin de las diferencias nacionales, de las distinciones de clase (estén basadas en estatus hereditario o económico), y que asegurará una vida más plena y rica para todos.” [PH, P. 85]
“… hoy en el mundo hay suficientes personas de mente espiritual para cambiar las actitudes mundiales e introducir el nuevo período espiritualmente creador. Estos hombres y mujeres de visión y buena voluntad, ¿surgirán en todo su poder en cada nación y harán oír sus voces? ¿Tendrán la fortaleza, la persistencia y el valor para vencer el derrotismo, romper la cadena de teologías obstaculizadoras —políticas, sociales, económicas y religiosas— y trabajar para el bien de todos los pueblos?” [PH, p. 52]
“… Sencillez debería ser nuestra consigna, porque la sencillez es lo que matará nuestra vieja forma de vivir materialista. Buena voluntad cooperativa es sin duda la primera idea que debe presentarse a las masas y enseñarse en nuestras escuelas, de este modo garantizando la nueva y mejor civilización. Comprensión amorosa, inteligentemente aplicada, debería ser el sello distintivo de los grupos cultos y más sabios, además del esfuerzo de su parte para relacionar el mundo del significado con el mundo de los esfuerzos externos —en beneficio de las masas. Ciudadanía mundial como una expresión de buena voluntad y de comprensión debería ser la meta de los iluminados en todas partes y el sello distintivo del hombre espiritual. En estas tres, tienen rectas relaciones establecidas entre educación, religión y política.” [PH, 85/86]
“… El firme establecimiento de rectas relaciones humanas ya es una parte determinada del propósito divino y nada puede detener su final aparición. Esa aparición, sin embargo, se puede acelerar por la acción correcta y altruista. …” [PH, p. 52]