Ahora reanudaré con ustedes el tema de trabajo telepático grupal unido, sus posibilidades y la presente oportunidad, refiriéndome brevemente a los peligros involucrados y a la responsabilidad que recaerá sobre los hombros de ustedes y sobre los de todos los discípulos que puedan intentar trabajar de esta manera. Tienen que recordar los tres siguientes mandatos:
Primero: Es esencial que ustedes adquieran facilidad de sintonizarse mutuamente con el más profundo amor y comprensión; que desarrollen impersonalidad de manera que cuando un hermano sintoniza en una debilidad o una fortaleza, sobre un error o una actitud correcta, ello no evoque de ustedes la más mínima reacción que pudiera desbaratar la armonía del trabajo unido del grupo según lo planeado; que cultiven un amor que siempre procure fortalecer y ayudar, y un poder para suplirse o complementarse entre sí, que será de utilidad para equilibrar al grupo, como una unidad que trabaja bajo impresión espiritual. El descubrimiento de una debilidad en un hermano de grupo sólo debería producir la evocación de un amor más profundo; el descubrir que ustedes han cometido un error (si lo han cometido) al interpretar a un hermano, sólo debería impulsarlos a un renovado esfuerzo vital para acercarnos más íntimamente a su alma; el revelárseles la fortaleza de un hermano indicará dónde pueden buscar ayuda en cualquier momento de vuestra propia necesidad. Expongan con franqueza lo que sienten a medida que trabajan mes tras mes en esta tarea de rapport grupal, desconectándose deliberadamente de la crítica y sustituyéndola por el análisis —un análisis impersonalmente dado; expongan fielmente lo que presienten y registran. Las conclusiones de ustedes pueden ser correctas o erróneas, pero un definido esfuerzo para acatar y reconocer conscientemente la impresión obtenida debería ayudar a que el grupo se fusione sin indebida demora en un instrumento de comprensión sensitiva. Si los discípulos no pueden sintonizar entre sí con facilidad después de largos períodos de relación cercana, ¿cómo pueden, como grupo, sintonizar en algún individuo o algún grupo de individuos desconocidos para ellos en sus personalidades? A menos que tal interacción esté establecida fundamentalmente, y a menos que haya una estrecha integración entre los miembros que constituyen el grupo, no será posible que el trabajo constructivamente útil y espiritualmente orientado y controlado sea adecuadamente llevado adelante y exitosamente efectuado. Pero es una tarea que ustedes pueden efectuar si quieren, y la real aplicación durante un período de tiempo debería permitir al grupo trabajar juntos sin problemas y bien. Las tres Reglas para principiantes, dadas con anterioridad [Un Tratado sobre Magia Blanca, pp. 261-262 (Ed. 2012)], corporizan los primeros pasos que conducen a la actitud requerida en el verdadero trabajo jerárquico; este es el objetivo del discípulo aceptado.
Segundo: El constante esfuerzo de ustedes —a ser llevado adelante firme y lentamente― debe ser provocar un amor grupal de tal fortaleza que nada pueda quebrantarlo ni se alcen barreras entre ustedes; cultivar una sensitividad grupal de tal cualidad que vuestra diagnosis de las condiciones serán relativamente exactas; desarrollar y desenvolver una capacidad grupal para trabajar como una unidad, de manera que nada habrá en las actitudes internas de cualquiera de los miembros del grupo que pueda interrumpir el ritmo cuidadosamente establecido. Pues para un miembro del grupo es completamente posible retardar el trabajo y frenar el avance del grupo por hallarse tan ensimismado en sus propios asuntos o en sus propias ideas de auto-desarrollo; cuando algunos miembros suspenden su actividad, ello por cierto afecta la vibración grupal interna; cuando otros devienen lentificados por definidos cambios en sus vidas externas o internas, esto requiere períodos de ajuste y a menudo de re-organización de la vida. Estos cambios, siendo exteriorizados, pueden producir poderosos cambios sicológicos y alterar el ritmo del esfuerzo del alma. Un discípulo probado y experimentado no permitirá que tal cambio altere su ritmo interno, pero un discípulo menos experimentado necesita real vigilancia del alma ante el peligro del desvío del interés de vida, de los propósitos espirituales a las atenciones e intereses de la personalidad.
Tercero: cualquier trabajo grupal de esta clase debe ser controlado con sumo cuidado; cualquier esfuerzo grupal que procure impresionar la mente de cualquier sujeto (sea un individuo o un grupo) debe ser enérgicamente vigilado respecto a motivo y método; cualquier empeño grupal que involucre un esfuerzo unido y aplicado para efectuar cambios en el punto de vista, una actitud frente a la vida o una técnica de vivir, debe ser completamente altruista y emprenderse prudente y cautelosamente, libre de todo énfasis personal, de toda presión personal y de toda presión mental expresada en términos de creencia, prejuicio, dogmatismo o ideas individuales. Estudien lo antedicho muy cuidadosamente.
En el momento en que haya la menor tendencia, por parte del grupo o de un miembro del grupo, a forzar una decisión, a ejercer presión mental de modo que un individuo o grupo quede indefenso bajo el impacto de otras mentes, se tiene lo que se denomina “magia negra”. Puede que correcto motivo proteja al grupo de cualquier resultado serio, pero el efecto que producirá sobre su víctima será muy grave, pues lo hará negativo y debilitará su voluntad.
El resultado de todo verdadero trabajo telepático y esfuerzo correctamente dirigido para “impresionar” a un sujeto será dejarlo con una fortalecida voluntad hacia correcta acción, una intensificada luz interior, un cuerpo astral más libre de glamur y un cuerpo físico más vital y puro. La potencia de una actividad grupal unida es increíblemente poderosa. El aforismo oculto “la energía sigue al pensamiento”, o bien es una declaración de una verdad o si no una frase sin significado.
No olviden que el método de trabajo de la Jerarquía es el de impresionar las mentes de Sus discípulos, de trabajo telepático llevado adelante con el Maestro como trasmisor y el discípulo como receptor de impresión y de energía. Esta recepción de impresión y energía tiene un efecto dual:
- Pone en actividad las latentes simientes de acción y de costumbres (buenas o malas), produciendo de ese modo revelación, purificación, enriquecimiento y utilidad.
- Vitaliza y galvaniza a la personalidad en una correcta relación con el alma, con el entorno y con la humanidad.
Es necesario que ustedes y todos los discípulos capten la correspondencia de este esfuerzo jerárquico y cualquier esfuerzo que ustedes hagan a fin de trabajar como un grupo de individuos, con grupos o individuos. Una apreciación del poder que pueden liberar, del efecto dinámico que pueden despertar en la persona objeto de su pensamiento dirigido, y de la impresión que pueden grabar en la mente y en la conciencia del sujeto, debería instarlos a una cuidadosa pureza de vida (astral y física), a la vigilancia de los pensamientos e ideas, y a un amor que los protegerá de todo amor al poder. Así preservarán la integridad de aquellos a quienes tratan de ayudar y les será posible sugerir, fortalecer y enseñar subjetivamente sin ejercer indebida influencia, sin forzar y sin coartar la libertad y los derechos espirituales de la persona implicada.
Es una tarea difícil, hermanos míos, pero estarán a su altura si se pone debida atención y se cumple con los tres mandatos ya referidos respecto a motivo, técnica y método.
Extraído de: “Telepatía y el Vehículo Etérico”, Alice Ann Bailey.


