Pensamientos Introductorios Del Intelecto a la Intuición

El amplio interés que el tema de la meditación ha despertado en la actualidad, evidencia una necesidad mundial que exige clara comprensión. Cuando descubrimos una tendencia popular hacia cualquier dirección unilateral constante, podemos con certeza deducir que de ello surgirá algo que la raza necesita en su marcha hacia adelante. Lamentablemente la meditación es considerada por quienes la definen superficialmente, como un “modo de orar”. Sin embargo, se puede demostrar que en la correcta comprensión del proceso de meditación y en su acertada adaptación a las necesidades de nuestra civilización moderna, se encontrará la solución de nuestras dificultades pedagógicas y el método por el cual será posible llegar a la comprobación de la existencia del alma, ese algo viviente que llamamos “alma”, a falta de un término más adecuado.

El propósito de este libro es dilucidar la naturaleza y la verdadera significación de la meditación, así como su aplicación en gran escala en Occidente. Se ha sugerido que finalmente puede llegar a suplantar a los métodos actuales de entrenar la memoria y llegará a ser un potente factor en los procedimientos pedagógicos modernos. Este tema ha preocupado a los pensadores de Oriente y Occidente durante miles de años, y esta similitud de interés es en sí misma importante. Los nuevos desarrollos que llevarán a la raza adelante por el sendero de su conciencia en desenvolvimiento, tomarán el camino de la síntesis. El crecimiento del conocimiento humano debe producirse por la fusión de las técnicas oriental y occidental para el entrenamiento de la mente. Esto se está logrando rápidamente y los pensadores de ambos hemisferios comprenden que esta fusión lleva hacia un conocimiento más significativo. Edward Carpenter dice que:

“Parece que ha llegado el momento, con la difusión de nuestro conocimiento del globo, en que está teniendo lugar, en forma natural e inevitable…, una gran síntesis del pensamiento humano… A consecuencia de esta unión de los elementos, ya están surgiendo los tenues delineamientos de una filosofía que con toda seguridad debe dominar el pensamiento humano durante un prolongado período.”

Aquí reside la gloria y la esperanza de la raza y el triunfo sobresaliente de la ciencia. Somos ahora un solo pueblo; la herencia de cualquier raza está a disposición de las demás; las mejores ideas de los siglos están disponibles para todos; las antiguas técnicas y los métodos modernos deben unirse e intercambiarse. Cada uno deberá modificar su modo de presentación y realizar un esfuerzo para comprender el espíritu subyacente que ha producido una peculiar fraseología y simbología. Pero hechas estas concesiones se descubrirá que emerge una estructura de la verdad que encarnará el espíritu de la nueva era.

Espacio de Silencio…

… las imágenes místicas de Oriente (lo mismo que de nuestros místicos occidentales) son nada más que un velo tras el cual han podido penetrar siempre los dotados de percepción intuitiva. La ciencia de Occidente, al hacer resaltar la naturaleza de la forma, nos ha conducido también a la esfera de la intuición y parecería que ambos sistemas podrían fusionarse, y cada uno —descartando lo no esencial— llegar a una comprensión básica recíproca, desarrollando un nuevo acercamiento al misterio central del hombre, fundado en antiguas y comprobadas verdades.

El nudo de la situación reside en el entrenamiento de la mente. La mente humana es el instrumento que podemos emplear en dos direcciones. Una dirección es hacia lo externo. Al actuar así registra nuestros contactos con los mundos físico y mental en que vivimos y reconoce las condiciones emocional y sensoria. Registra y correlaciona nuestras sensaciones, reacciones y todo lo que le llega por conducto de los cinco sentidos y el cerebro. Este campo del conocimiento [i8] ha sido estudiado extensamente, y mucho progreso efectuaron los sicólogos al comprender los procesos de la mentalización. “Pensar”, nos dice el Dr. Jung, “es una de las cuatro funciones sicológicas básicas. Es esa función sicológica que, de acuerdo con sus propias leyes, pone en conexión conceptual determinadas presentaciones. Es una actividad perceptible, activa y pasiva. El pensar activo es un acto de la voluntad, el pensar pasivo una ocurrencia”.

Como veremos más adelante, el mecanismo pensante involucra la meditación y debe entrenarse para agregar, a la primera función de la mente, la aptitud de ir hacia otra dirección y registrar con igual facilidad el mundo interno e intangible. Esta aptitud reorientadora permitirá a la mente registrar el mundo de realidades subjetivas, de percepción intuitiva y de ideas abstractas. Esta elevada herencia del místico, al parecer, no está aún al alcance del hombre medio.

El problema que hoy enfrenta la familia humana, en el campo de la ciencia y de la religión, se debe a que quien sigue a ambas, descubre que se halla en el portal de un mundo metafísico. Ha llegado a su fin un ciclo de desenvolvimiento. El hombre como entidad pensante y sensoria parece haber llegado a una comprensión, bastante completa, del instrumento con el cual debe trabajar. Y se pregunta: ¿Cómo lo utilizará? ¿Adónde lo conducirá esa mente que poco a poco está aprendiendo a dominar?

¿Qué le tiene reservado el futuro al hombre? Algo que sentimos de mayor belleza y certidumbre que lo conocido hasta ahora. Quizás llegaremos universalmente a ese conocimiento que el místico individual ha obtenido. Nuestros oídos se ensordecen por el ruido de nuestra civilización moderna y, no obstante, captamos a veces sobretonos que testimonian la existencia de un mundo inmaterial. Nuestros ojos están cegados por la niebla y el humo de nuestro primer plano inmediato, no obstante llegan destellos de clara visión, que revelan un estado del ser más sutil y disipan la niebla, permitiendo ver “la gloria que jamás existió en mar o tierra”. El Dr. Charles Bennet, de Yale, expresa estas ideas en términos muy hermosos:

“Cae el velo de los ojos y aparece el mundo bajo una nueva luz. Las cosas ya no son comunes; llega la certeza de que éste es el mundo real, cuyo verdadero carácter ha permanecido oculto debido a la ceguera humana…

“El hombre es un puente. Aun el superhombre, cuando nos demos cuenta que es sólo el símbolo de un arduo ideal, resultará ser también un puente. Nuestra única seguridad reside en que las puertas del futuro están siempre abiertas.”

Del Intelecto a la Intuición”, Alice Ann Bailey.