La Tarea de Implementar Voluntad-al-Bien – Cuarta Parte

Mayo de 1944

Tal es, hermanos míos, la situación respecto a la posición de la humanidad y las intenciones y el trabajo de la Jerarquía. ¿Cuál es entonces el trabajo que ustedes pueden y deben hacer?

Durante años he indicado ciertas líneas de actividad que nosotros, los Maestros y Guías en el aspecto interno de la vida, quisiéramos que sigan todos los aspirantes y discípulos. Los planes delineados por mí durante los últimos diez años son definitivamente una parte del programa jerárquico y están siendo presentados en sus formas específicas por los otros Maestros. Hay poco que pueda agregar. En este momento, nada hay para decir que ya no sepan. ¿Necesito pedirles que trabajen individualmente y en el lugar donde estén para la unidad nacional y mundial? ¿Debo rogarles que hagan lo que puedan para curar divisiones, y de este modo hacer efectiva esa integridad básica que debería unir a las tres mayores potencias mundiales mediante las cuales la Jerarquía está intentando trabajar? ¿Necesito imponer la urgencia de contrarrestar el odio con la justicia, la comprensión y la misericordia? ¿Tengo que continuar explicando la necesidad del completo triunfo de las Fuerzas de la Luz, del progreso triunfante de los ejércitos de las Naciones Aliadas, y de que ese triunfo ha de ser obtenido ante todo en niveles espirituales y luego llevado a cabo —con sentido común y persistencia— al aspecto físico de la vida, así como también al intermedio mundo mental? ¿Necesitopedir el control de las emociones para el bien general y la consagración de tiempo, energía y dinero a la enorme tarea de salvación de la humanidad?

No me extenderé sobre estos puntos. Aquí nada se gana con reiterar, excepto la creciente carga de una responsabilidad que puedan asumir para su eterna felicidad o desechar para su vergüenza y final reacción kármica. Sólo diré: Despréndanse del egoísmo, provincialismo y cursilería. Piensen en términos de una humanidad. Que sus vidas cuenten en la escala del servicio útil y necesario. Dejen de decir y pensar esas cosas que critican a otros —otro pueblo y otras naciones aliadas. Vean las cuestiones de este conflicto claramente y que ningún sentimiento falso y glamoroso los lleve a favorecer la debilidad hacia las Potencias del Eje en este momento único y crítico. La forma o formas de su tiranía deben ser quebrantadas y hacerse el pago debido, con toda justicia y discriminación, a un mundo ultrajado. Pero —mediante muy dura prueba y correcta orientación espiritual— las almas que implementaron esa tiranía deben ser conducidas nuevamente a caminar en la luz. Los niños de las naciones del Eje no deben ser castigados por la maldad o la debilidad de sus padres; deben ser educados de maneras nuevas y mejores, y amados, hacia la correcta comprensión de sus relaciones.

Durante dos generaciones completas debe haber una paz que será ininterrumpida porque detrás de ella y protegiéndola, permanecerán los Ejércitos del Señor. Al término de ese lapso, si el trabajo educativo realizado ha sido adecuado, sensato, inteligente y sólido, estos Ejércitos podrán descansar de sus fatigas y la espada ser convertida en arado. Si este programa de supervisión, educación y dirección espiritual no se ejecutara así, la guerra que entonces tendría lugar exterminaría a la humanidad —como sucedió una vez antes en la historia humana.

Cabe recordar aquí una parábola que relató el Cristo hace siglos, con amplia visión y como una advertencia, relacionada con el hombre que limpió su casa, echando a los demonios y una vez barrida y limpia quedó vacía (como símbolo de una oportunidad no aprovechada y de una responsabilidad ignorada); luego, según lo expresó el Señor de la Luz, “la situación de ese hombre fue peor que antes”. El barrido y la limpieza ha continuado durante cinco largos años, y se están dando los últimos pasosde este proceso destructor pero depurador. ¿Luego qué, hermanos míos?

A lo largo de los años les he dicho lo que procuramos que ustedes hagan: Solidarizarse con el nuevo grupo de servidores del mundo, en apuros en este día de batalla. Difundir buena voluntad —a la humanidad como un todo, aprendiendo constantemente a pensar en términos de ese todo; apoyar esas actividades que benefician al todo y no favorecen a ninguna nación en particular, aunque sea la propia. Trabajar hoy por la victoria y la aniquilación del mal. Trabajar mañana por la justicia y el restablecimiento de la seguridad. Cuando haya seguridad, reajuste, la obliteración de los líderes agresores, protección y restablecimiento del débil y el oprimido, más correctas condiciones de vida y sabia educación para la juventud del mundo, entonces vendrá la paz, pero no hasta entonces. Que el soporífero de la bella charla de paz desaparezca y que los sanos métodos de establecer buena voluntad y rectas relaciones humanas precedan la discusión de paz. Entre la primera fase de esta guerra mundial y la actual, el mundo se convenció a sí mismo de un soñoliento estado de rapsodia idealista sobre la paz. Esto no debe volver a suceder, e impedirlo es la tarea del humanitario inteligente.

Hago un último llamado para el trabajo a realizar durante los próximos doce meses (y luego a continuar durante los años siguientes). Permanezcan con intención fija, implementando la intención masiva de los irreflexivos, los aterrorizados, los angustiados y los débiles. Cooperen con el nuevo grupo de servidores del mundo en todos los países. Que las Lunas Llenas de Mayo y Junio constituyan puntos elevados de realización espiritual que pueden condicionar y condicionarán vuestra vida diaria y servicio durante el próximo año. Que nada los detenga. Nada hará que el Cristo se desvíe de Su propósito planificado; si el propósito del alma de ustedes coincide con el de Él vayan hacia un campo más amplio de servicio. Si no sienten respuesta alguna a la necesidad del mundo ni llamado alguno a servir, entonces tengan cuidado y procuren una medida más profunda de contacto del alma y relación espiritual. Cada palabra hablada o escrita en este momento por un aspirante o un discípulo es de una definitiva potencia —buena o mala.

Saben acerca del nuevo grupo de servidores del mundo.El trabajo de los hombres y mujeres de buena voluntad les ha sido presentado. La petición de formar triángulos de luz y de buena voluntad ha sido puesta claramente ante ustedes. La necesidad de claro pensar es evidente. La Jerarquía pide vuestra ayuda y vuestro apoyo en la arena de los asuntos mundiales. Yo mismo expuse mis planes ante ustedes. Allí debe dejarse que el programa sea llevado a cabo por ustedes si así lo eligen. Les enseñé durante un cuarto de siglo (desde 1919). Ahora pido la cooperación de ustedes en nuestra mutua responsabilidad —ayudar a la humanidad.

Que Aquel a Quien todos nosotros amamos y servimos, el Maestro de Maestros, el inmortal Amigo del género humano, arrojeSu luz sobre vuestro camino y evoque vuestra confianza, comprensión y ayuda, en Su tarea —que culmina este año— de conducir a la humanidad a la luz de un nuevo día.

Extraído de: “La Exteriorización de la Jerarquía”, Alice Ann Bailey.