La Nueva Religión Mundial – Primera Parte

Mayo de 1943

En la primera parte de mi mensaje bajo este título (Véase La Reaparición del Cristo, Capítulo VI) tuve mucho que decir sobre la forma en las cuales se han cristalizado las grandes religiones mundiales en Oriente y en Occidente y su deterioro consecuente. Por lo tanto, será esencial revisar y apreciar las verdades fundamentales que esa forma ha preservado aun mientras las ocultaba.

Nos resultará valioso conciencializar que, dentro de las iglesias, hombres de Dios y discípulos del Cristo siempre han trabajado, bregado y sufrido. Han visto y agonizado por la distorsióny las tergiversaciones. Han sido obstaculizados por la organización, a menudo despreciados por los teólogos y han permanecido simples en medio del aprendizaje. Han sido amorosos y universales en su conciencia individual, entre los separativos y fanáticos. Ellos son la gloria de la iglesia —a menudo odiados cuando vivos y a menudo canonizados después de la muerte. Su gloria reside en el hecho de que testimonian el progreso del hombre espiritual y expresan en plenitud lo que hay en todo hombre que evoluciona; son la flor de la evolución y los representantes probados de Dios. En esta acusación a las iglesias, dada anteriormente, no olvidemos a los cristianos que se encuentran dentro de esas iglesias.

Les recordaría que escribo como uno que cree en las grandes realidades espirituales y que considera el espíritu del hombre en desenvolvimiento como la evidencia inquebrantable de la existencia de “Aquel en Quien vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser”. Hablo como uno que cree en el Cristo y Lo ama y sabe que es el Maestro de todos los Maestros y el Instructor tanto de ángeles como de hombres. Soy uno que mira al Cristo como la suprema expresión de divinidad sobre la Tierra y que conoce el alcance de Su trabajo sacrificial para la humanidad, la maravilla de la revelación que trajo, la inminencia de Su retorno y de Su próxima Asunción al gobierno espiritual en los corazones de los hombres en todas partes.

Sé que le disgustan los grandes templos de piedra que el hombre ha construido mientras se deja a Su pueblo sin guía práctica o luz razonable sobre sus asuntos, y sé también que siente, con un corazón dolorido, que la simplicidad que enseñó y el simple Camino hacia Dios que enfatizó, han desaparecido en las brumas de teología y las discusiones de clérigos a través de los siglos. Sé que conciencializa que las palabras que dijo se perdieron en los laberintos de las mentes eclesiásticas que han procurado interpretarlas y que la simple enseñanza del Acercamiento a Dios que Él enseñó ha sido reemplazada por la pompa y ceremonia de elaborados rituales.

Resumiendo: Debido a las divergencias de las muchas fes exotéricas, la multiplicidad de sectas y cultos tanto enOriente como en Occidente y las querellas de teólogos sobre palabras, frases e interpretaciones, los hijos de Dios —en proceso de desarrollo— son dejados sin la ayuda necesaria para entrar en contacto con el Cristo y Su gran grupo de discípulos, los líderes espirituales de la humanidad; el camino a Cristo, la viviente, amorosa Expresión de Dios, no es aclarado al buscador. Juntos, los dos grandes Hijos de Dios, presentan al género humano —Uno en Oriente y el Otro en Occidente— una representación completa y perfecta de la Deidad; por Sus vidas y palabras Ellos garantizan al hombre las posibilidades siempre latentes en el espíritu humano.

Hoy el Cristo y el Buda esperan hasta que llegue la hora: Entonces Su esfuerzo unido, más el llamamiento invocador de todos los que verdaderamente saben y verdaderamente aman, llevarán a la humanidad la nueva revelación que ella espera.

La nueva religión mundial debe estar basada en esas verdades que han resistido la prueba de las edades. Dije esto en otra parte y enumeré cuatro de esas verdades:

  1. El Hecho de Dios
  2. La Relación del Hombre con Dios
  3. El Hecho de Inmortalidad y Persistencia Eterna
  4. La Continuidad de Revelación y los Acercamientos Divinos.

Estos cuatro hechos son realidades y verdades básicas que han condicionado a las masas de hombres durante eones. La infelicidad humana se funda principalmente en la incapacidad del hombre para vivir plenamente en la conciencia de estas cuatro conciencializaciones fundamentales. Pero constantemente están tomando forma en el pensar humano y por ellas lucha las Naciones Unidas.

Dos hechos más grandes y fundacionales son también parte del estado de concienciación humano.

  1. El hecho de nuestra mutua relación. Este es un hecho espiritual tan fundacional como lo es Dios Mismo, porque está vinculado con nuestro conocimiento de Él como Padre.

A esta relación la llamamos “hermandad” y se expresa (¿o debería decir, finalmente se expresará?) a través de compañerismo humano y rectas relaciones humanas. Para esto trabajamos, y la humanidad está avanzando hacia esa relación —y eso a pesar del hecho de la guerra.

  1. El hecho del Sendero a Dios. Concienciación de esto ha sido preservada para nosotros a lo largo de las edades por quienes conocieron a Dios y a quienes el mundo llamó místicos, ocultistas y santos. Abriéndose ante los hombres que aspiran se extiende el Camino. La historia del alma humana es la historia de la búsqueda de ese Camino y su descubrimiento por los que persisten.

En toda raza y nación, en todo clima y toda parte del mundo, y durante el interminable correr del tiempo mismo, retrocediendo al pasado ilimitado, hombres han encontrado el Sendero a Dios; lo han hollado y aceptado sus condiciones, soportado sus disciplinas, descansado en la confianza de sus realidades, recibido sus recompensas y encontrado su meta. Arribados allí, han “entrado en el gozo del Señor”, participado en los misterios del reino de los cielos, morado en la gloria de la Presencia divina y luego retornado a los caminos de los hombres, para servir. El testimonio sobre la existencia de este Sendero es el tesoro inapreciable de todas las grandes religiones, y sus testigos son aquellos que han trascendido todas las formas y todas las teologías y han penetrado en el mundo de significado que todos los símbolos velan.

Estas verdades son parte de todo lo que el pasado da al hombre. Son nuestra herencia eterna, y conectada con ellas no hay nueva revelación alguna sino solamente participación y comprensión. Estos son los hechos que los Instructores del Mundo han traído hasta nosotros, adecuados a nuestra necesidad y capacidad en cualquier momento dado. Son la estructura interna de la Verdad Una sobre la cual todas las teologías del mundo han sido erigidas, incluyendo las doctrinas y dogmas cristianos construidos en torno a la Persona de Cristo y Su enseñanza.

Extraído de: “La Exteriorización de la Jerarquía”, Alice Ann Bailey.