La Nueva Religión Mundial – Cuarta Parte

Mayo de 1943

En el mensaje del Buda tenemos los tres métodos por los cuales la personalidad puede ser cambiada y preparada para llegar a ser una consciente expresión de divinidad.

Mediante desapego, la conciencia o estado de concienciación cerebral (corporeizando reconocimiento físico de causas internas) es retraída o abstraída de las cosas de los sentidos y de los llamados de la naturaleza inferior. Desapego es en realidad la imposición de un nuevo ritmo o reacción de hábito sobre las células del cerebro, volviéndolo inconsciente de la atracción del mundo de percepción sensoria.

Mediante desapasionamiento, se inmuniza ala naturaleza emocional frente al llamamiento de los sentidos y el deseo no disuade al alma de su legítima tarea.

Mediante discriminación, la mente aprende a seleccionar lo bueno, lo bello y lo verdadero, y a que estos sustituyan al sentido de “identificación con la personalidad”, algo tan característico de la mayoría de los hombres. Personalidad retiene a tantos en la esclavitud. Esto tiene que desaparecer. Estas tres actitudes, cuando sean correcta y sensatamente mantenidas, organizarán la personalidad, la pondrán bajo la égida de la sabiduría y prepararán al discípulo para la iniciación.

Luego sigue el trabajo del Cristo, dando por resultado una comprensión del valor del individuo y su esfuerzo auto-iniciado en liberación e iluminación, con el objetivo de buena voluntad grupal. Aprendemos a perfeccionarnos a fin de tener algo que sacrificar al grupo y así enriquecer al grupo con nuestro aporte individual. Este es el primer resultado de la actividad del Principio Cristo en la vida del individuo.

La personalidad se esfuma en la gloria del alma que (como el solnaciente) disipa la oscuridad e irradia la naturaleza inferior. Este es el segundoresultado y es una actividad grupal. La palabra surge para los iniciados del futuro: Pierdan de vista al yo en el esfuerzo grupal. Olviden al yo en la actividad grupal. Atraviesen el portal de la iniciación en formación grupal y dejen que la vida de la personalidad se pierda en la vida grupal.

El resultado final de la obra del Cristo ha de encontrarse en nuestra identificación con el todo: individualidad, iniciación e identificación —estos son los términos en los que puede sintetizarse el mensaje del Cristo. Él dijo, cuando estuvo en la Tierra: “Yo y mi Padre somos Uno”, y en estas palabras resumió Su entero mensaje. Yo, el individuo, por medio de iniciación, estoy identificado con la Deidad.

Por lo tanto tenemos:

1. El Buda… el método… Desapego, Desapasionamiento, Discriminación.

2. El Cristo… el resultado… Individualismo, Iniciación, Identificación.

Es interesante notar que el trabajo del Buda está expresado en palabras que empiezan todas con la cuarta letra del alfabeto, la letra D. El sentido de personalidad es alcanzado; el cuaternario es trascendido, y el Buda nos dio la razón de esta trasmutación y las reglas.

El trabajo del Cristo está expresado para nosotros en palabras que empiezan con la novena letra del alfabeto, la letra I, y este número es el número de iniciación. Estas cosas no suceden al azar sino que todas tienen su propósito subyacente.

Espacio de silencio …

He delineado aquí, muy breve e inadecuadamente, la naturaleza de dos grandes Acercamientos y dos menores. Estos han preparado a la humanidad para el tercer gran Acercamiento que traerá la nueva revelación, con sus conciencializadas consecuencias: un nuevo cielo y una nueva tierra.

Preguntaría al teólogo ortodoxo cómo interpreta las palabras “un nuevo cielo”. ¿No podría significar una concepción enteramente nueva respecto al mundo de realidades espirituales y quizás de la naturaleza misma de Dios Mismo? ¿No sería posible que nuestras actuales ideas de Dios como la Mente Universal, como Amor y como Voluntad, pudieran ser enriquecidas por una nueva idea y cualidad para la cual no tenemos hasta ahora nombre alguno ni palabra, y de la cual no tenemos hasta ahorani la más mínima comprensión? Cada uno de los tres conceptos actuales respecto a la naturaleza divina —la Trinidad— han sido enteramente nuevos cuando por primera vez fueron secuencialmente presentados a la humanidad.

Qué traerá a la humanidad este tercer Acercamiento mayor no lo sabemos ni podemos saberlo. Ocasionará resultados tan definidos como lo hicieron los dos Acercamientos anteriores. Ahora hace algunos años que la Jerarquía espiritual se ha estado acercando más al génerohumano, y esto es responsable de los grandes conceptos de libertad que hoy están tan cerca de los corazones de los hombres en todas partes y por los cuales la humanidad está luchando ahora. A medida que los Miembros de la Jerarquía se acercan más a nosotros, el sueño de hermandad, de compañerismo, de cooperación mundial y de paz (basada en rectas relaciones humanas) deviene más claro en nuestras mentes. A medida que se acercan visualizamos una nueva y vital religión mundial, una fe universal, a-una en su idealismo básico con el pasado pero diferente en su modo de expresión.

Será obvio para ustedes que a medida que la humanidad, a través de sus unidades más avanzadas, se prepara para este próximo gran Acercamiento, debe aceptar con fe y convicción (fe para las masas y convicción para los conocedores y el nuevo grupo de servidores del mundo) las premisas enunciadas más arriba:

  1. El hecho de Dios (Dios Trascendente)
  2. La relación del hombre con lo divino (Dios Inmanente)
  3. El hecho de la inmortalidad
  4. La Hermandad del hombre (Dios en expresión)
  5. La existencia del Camino a Dios
  6. La historicidad de los dos grandes Acercamientos y la posibilidad de un tercer e inminente Acercamiento.

Aquí es donde las iglesias, si son regeneradas, pueden concentrar sus esfuerzos, cesar de perpetuar la forma externa visible y empezar a tratar con la realidad que subyace en todos los dogmas y doctrinas. Sobre estas seguridades internas el hombre debe tomar posición, y un estudio de ellas revelará que la mayoría de las masas irreflexivas (una inmensa mayoría) las acepta esperanzada y con deseo, aunque sin comprensión definida, y que una minoría en constante aumento también las acepta con una concienciación plenamente convencida —una concienciación que es el resultado de la trasformación de la esperanza en hecho auto-comprobado.

Entre estos dos extremos hay un gran grupo de personas inquisitivas: no son parte de la masa poco inteligente ni son todavía ocultistas o místicos, ni siquiera aspirantes. Interrogan y buscan convicción; repudian la fe como poco inteligente, pero anhelan un sustituto; constantemente están emergiendo de la masa de hombres y constantemente están avanzando en conciencia al seguir técnicas espirituales, finalmente tomando posición entre quienes pueden decir con San Pablo: “Yo conozco a Quien he creído”. La verdadera enseñanza religiosa debería interesarse primariamente en estas técnicas.

Extraído de: “La Exteriorización de la Jerarquía”, Alice Ann Bailey.