9 de agosto de 1945
En este momento quisiera mencionar de pasada el evento espiritual más grande que ha tenido lugar desde que apareció el cuarto reino de la naturaleza, el reino humano. Me refiero a la liberación de energía atómica, como se relatara en los diarios esta semana, 6 de agosto de 1945, en conexión con el bombardeo a Japón.
Hace algunos años les dije que la nueva era sería introducida por los científicos del mundo y que la inauguración del reino de Dios en la Tierra sería anunciada mediante una exitosa investigación científica. Esto se cumplió con este primer paso en la liberación de la energía del átomo, y mi profecía fue justificada durante este crucial año de nuestro Señor 1945. Permítanme hacer una o dos declaraciones respecto a este descubrimiento, dejando que ustedes hagan su propia aplicación y deducciones. Poco se sabe hasta ahora en cuanto a la verdadera naturaleza de este acontecimiento y todavía menos se la comprende. Puede que ciertas ideas y pensamientos sugeridos sean de real valor aquí, y les posibilitarán ver este estupendo evento en mejor perspectiva.
La inminencia de esta “liberación” de energía fue uno de los principales factores subjetivos en la precipitación de esta última fase de la guerra. Esta guerra mundial empezó en 1914, pero su última y más importante fase comenzó en 1939. Hasta entonces era una guerra mundial. Después de esa fecha, y debido a que las fuerzas del mal aprovecharon el estado de guerra y beligerancia existente en el planeta, la guerra real comenzó, involucrando los tres mundos enteros de evolución humana y una consecuente actividad de la Jerarquía. La atención del hombre está normalmente enfocada en las externalidades del vivir. No obstante, todos los grandes descubrimientos, tales como los realizados en conexión con la astronomía o en relación con las leyes de la naturaleza o que involucran una revelación tal como la de radio-actividad o el memorable evento anunciado esta semana concerniente a los primeros pasos dados en el aprovechamiento de energía cósmica, son siempre el resultado de presión interna emanando desde Fuerzas y Vidas que se encuentran en Lugares elevados. Tales presiones internas mismas funcionan bajo las leyes del Espíritu y no sólo bajo lo que ustedes llaman leyes naturales; son el resultado del trabajo impelente de ciertas grandes Vidas, obrando en conexión con el tercer aspecto de divinidad, el de inteligencia activa, y versan sobre el aspecto sustancia o materia de manifestación. Tales actividades son motivadas desde Shamballa. Esta actividad es puesta en movimiento por estas Vidas, obrando en Su plano elevado, y gradualmente causa una reacción en los varios departamentos de la Jerarquía, particularmente aquellos obrando bajo Maestros de tercero, quinto y séptimo rayo. Eventualmente, discípulos sobre los niveles físicos de actividad llegan a percatarse del fermento interno, y esto sucede ya sea consciente o inconscientemente. Ellos devienen “impresionados”, y se da comienzo entonces al trabajo científico y se lo lleva a cabo a través de las etapas de experimentación y éxito final.
Un punto debería recordarse aquí y es que esta fase aplica tanto a la gran Logia Blanca como a la Logia Negra —una dedicada a la benéfica tarea de purificar y ayudar a todas las vidas en los tres mundos de evolución material y a la liberación del alma en forma, y la otra a la retardación del proceso evolutivo y a la continua cristalización de las formas materiales que ocultan y velan el ánima mundi. Ambos grupos estuvieron profundamente interesados e implicados en esta materia de la liberación de energía desde el átomo y la liberación de su aspecto interno, pero sus motivos y objetivos eran ampliamente diferentes.
La inminencia de esta liberación —inevitable y bajo dirección— produjo una enorme tensión en círculos jerárquicos porque (para expresar la idea coloquialmente) se corría una carrera entre las Fuerzas Oscuras y las Fuerzas de la Luz para adquirir posesión de las técnicas imprescindibles para ocasionar esta liberación de energía necesaria. Si las Fuerzas Oscuras hubieran triunfado, y si las Potencias del Eje hubieran obtenido posesión de las fórmulas científicas necesarias, ello habría conducido a un desastre planetario mayor. La energía liberada habría sido utilizada ante todo para ocasionar la completa destrucción de todo lo que se opone a las fuerzas del mal, y luego habría sido prostituida para preservar una civilización cada vez más materialista y no-idealista. No podía confiarse este poder a Alemania, pues todos sus motivos estaban forzando lo malo.
Aquí ustedes podrían recaer en el trillado tópico religioso de que el bien innato en la humanidad y la divinidad inherente en el género humano por último habrían triunfado, porque nada puede finalmente vencer la tendencia universal hacia el bien. Ustedes son propensos a olvidar que si las fuerzas del mal poseen potencias que pueden destruir forma en los tres mundos en una escala tan amplia que las almas de aspirantes y discípulos avanzados, y las de iniciados buscando encarnación, no pueden acceder a expresión externa durante una crisis mundial particular, entonces ustedes tienen terriblemente afectado el calendario del proceso evolutivo; ustedes tendrán enormemente demorado (quizás por milenios) la manifestación del reino de Dios. Había llegado el tiempo para esa manifestación, y de ahí la poderosa actividad de las fuerzas oscuras.
Esta tentativa de estorbar el progreso planeado constituía una amenaza definida e indicaba un supremo peligro y problema. Las fuerzas del mal estuvieron más cerca del éxito de lo que cualquiera de ustedes jamás haya soñado. Estuvieron tan cerca del éxito en 1942 que hubo cuatro meses en que los miembros de la Jerarquía espiritual habían hecho todos los arreglos posibles para retirarse del contacto humano por un período indefinidoe imprevisto; los planes para un contacto más estrecho con el proceso evolutivo en los tres mundos y el esfuerzo por mezclar y fusionar los dos centros divinos, la Jerarquía y Humanidad, en un todo operativo y colaborador parecían condenados a la destrucción. Su fusión habría significado la aparición del Reino de Dios en la tierra; los obstáculos para esta fusión, debido a la tensión activa de las fuerzas oscuras, parecían en ese momento insuperables; creímos que el hombre caería derrotado, debido a su egoísmo y a su mal uso del principio de libre albedrío. Hicimos todos los preparativos para retirarnos, y sin embargo al mismo tiempo luchamos para que la humanidad eligiera correctamente y viera los asuntos con claridad.
Se evitó la necesidad de retirarse. Puede que no diga de qué manera, más allá de contarles que los Señores de Liberación dieron ciertos pasos inesperados. Fueron llevados a hacer esto debido a los poderes invocadores de la humanidad, utilizados conscientemente por todos aquellos en el lado de la voluntad-al-bien, e inconscientemente por todos los hombres de buena voluntad. Debido a estos pasos, los esfuerzos de aquellos que luchaban en el ámbito de la ciencia para establecer verdadero conocimiento y rectas relaciones humanas fueron auxiliados. La tendencia del poder de conocer y descubrir (una definida forma de energía) fue desviada lejos de las mentes evocadoras y demandantes de aquellos que procuraban destruir el mundo de hombres, conduciendo a una forma de parálisis mental. Aquellos que procuraban enfatizar los correctos valores y salvar a la humanidad fueron simultáneamente estimulados hasta el punto de éxito. En estas muy pocas palabras he dispuesto un evento mundial estupendo, y en este breve párrafo he resumido el desarrollo de una actividad divina especializada.
Extraído de: “La Exteriorización de la Jerarquía”, Alice Ann Bailey.