Llegamos ahora a la consideración de un signo que es de primordial importancia en la vida del hombre que evoluciona. … Escorpio es la gran constelación que influencia el punto de inflexión tanto en la vida de la humanidad como en la vida del ser humano individual. Por primera vez en la historia tanto del género humano como de discípulos, la energía de Sirio, afluyendo a los siete grupos que forman nuestra Jerarquía planetaria, evoca una respuesta. Escorpio está bajo la influencia o energía afluente de Sirio. Esta es la gran estrella de iniciación porque nuestra Jerarquía (una expresión del segundo aspecto de divinidad) está bajo la supervisión o control magnético espiritual de la Jerarquía de Sirio. Estas son las influencias controladoras mayores mediante las cuales el Cristo cósmico obra sobre el principio Cristo en el sistema solar, en el planeta, en el hombre y en las formas inferiores de expresión de vida. Esotéricamente se la denomina la “brillante estrella de sensitividad”.
Para comprender mejor la naturaleza de discipulado y los procesos de estabilización y correcta dirección, a la experiencia capricorniana de iniciación debe preceder un cuidadoso estudio de las implicaciones espirituales del signo Escorpio y de su función al proporcionar “puntos de crisis” y “momentos de reorientación”, ya que esto será de extremo valor para el estudiante serio. Aunque estoy esforzándome por sentar las bases para la nueva astrología y proporcionar alguna medida de información técnica desde el punto de vista de la Jerarquía, mi motivo subyacente es siempre el mismo: indicar el camino de proceso viviente y estimular esa curiosidad divina [e158] y ese sentido de aventura espiritual extravertida y aspiración entusiasta de progreso que está latente en todos los discípulos y que, cuando es estimulado, les permitirá continuar más serena y sensatamente sobre el [i203] Sendero de Retorno. De lo contrario el valor práctico de eso que procuro impartir no es de real importancia en absoluto; seré comprendido y la nueva astrología nacerá de acuerdo a la capacidad esotérica de quienes lean y ponderen mis palabras. Estoy sumamente ansioso de que en estos días en donde la influencia de Escorpio y del planeta Marte se siente tan fuertemente en asuntos mundiales, pueda cultivarse verdadero insight, desarrollarse optimismo y comprensión, y la naturaleza de los test a los que hoy está siendo sometido el discípulo mundial, la humanidad, pueda estimarse en su verdadero valor y así se arroje luz sobre el camino del hombre. Sólo a través de comprensión llegará solución y se logrará rectificación del error.
Es interesante notar que cada uno de los grandes Hijos de Dios Cuyos nombres son pre-eminentes en las mentes de hombres —Hércules, el Buda y el Cristo— están asociados en los archivos de la Gran Logia Blanca con tres signos especiales del zodiaco (que de una manera peculiar constituyen el “decanato zodiacal”), en cada uno de los cuales Ellos pasaron del test a la victoria.
- En Escorpio—Hércules devino el discípulo triunfante.
- En Tauro—el Buda logró la victoria sobre el deseo y arribó a iluminación.
- En Piscis—el Cristo venció a la muerte y devino el salvador mundial.
Estas tres constelaciones, por lo tanto, forman un triángulo de iniciación de profunda importancia porque proporciona esas condiciones y esa energía que testearán y perfeccionarán los tres aspectos de la personalidad a fin de que sean verdaderos reflejos de los tres aspectos divinos.
Notarán que mi propósito en esta sección de nuestro tratado es evocar interés e indagación e incitar a los estudiantes a la investigación científica, estadística y analítica. Sólo de esta manera se podrán comprobar mis premisas básicas y eventualmente sustituir a los insatisfactorios métodos actuales —métodos que la mayoría de los astrólogos que tengan alguna real capacidad y perspicacia consideran deplorables e insatisfactorios.
Las tres pruebas en Escorpio también conciernen a los tres aspectos del ser humano cuando se fusionan y combinan sobre el plano físico. Son, ante todo, las predilecciones y tendencias naturales que son inherentes a la naturaleza animal: sexo, confort físico y dinero, como energía concretizada. En segundo lugar, las pruebas conectadas con deseo y el plano astral. Son de naturaleza más sutil, produciendo efectos automáticos sobre el plano físico; no son inherentes a la naturaleza animal sino impuestas por la naturaleza deseo y nuevamente son tres: temor, odio y ambición o deseo de poder. Luego están, en tercer lugar, las pruebas de la mente crítica inferior que son: orgullo, separatividad y crueldad. Recuerden que la peor clase de crueldad no es de naturaleza física sino de carácter más mental.
La nota clave de Escorpio, sin embargo, es Triunfo. Esta es su expresión mayor sobre el plano físico. Como resultado de lucha y de victoria, todo el hombre divino —expresándose no aún perfectamente, si pudiera redactar la situación así— está anclado sobre el plano físico con tal precisión y claridad, que no hay escape de las circundantes conclusiones de la familia, amigos y grupo del discípulo de que él es un discípulo. Desde ese ángulo se lo vigila meticulosamente; aprende el significado de la palabra “ejemplo”; es puesto en la picota por quienes son espectadores, y las primeras etapas conscientes hacia concienciación grupal y respuesta grupal, además de servicio grupal, se toman ahora. Tal es el resultado y la recompensa de la experiencia en Escorpio.
Regentes Planetarios:
Regente Ortodoxo… Marte 6to. Rayo
Regente Esotérico… Marte 6to. Rayo
Regente Jerárquico… Mercurio 4to. Rayo
A través de estos Regentes, dos Rayos son puestos en una potente posición controladora en Escorpio; son el sexto Rayo de Devoción y el cuarto Rayo de Armonía a través de Conflicto, el último teniendo una relación peculiar con el modo de desarrollo humano, y el primero con los métodos de la era pisciana que recién está pasando.
Palabras clave del signo Escorpio:
Las palabras clave de este signo son significativas e iluminadoras. Engaño y triunfo —control por Maya y control por el alma— conflicto y paz —tales son los secretos escondidos de este signo y están resumidos para todos los discípulos en las dos palabras clave. Sobre la rueda común, en la cual se encuentra el alma, ciega y aparentemente desamparada, la Palabra surge en los siguientes términos: “Y la Palabra dijo: Que Maya florezca y que el engaño rija”; sobre la rueda revertida, el alma salmodia o canta las palabras: “Guerrero soy y de la batalla emerjo triunfante”.
Extraído de: Astrología Esotérica, Alice Ann Bailey


