El Propósito de la Educación – Segunda Parte

Ciertamente hay algo más en el proceso educativo que la mera capacitación del hombre para enfrentar los hechos externos y su medio ambiente arbitrario. La humanidad debe ser conducida a un porvenir más amplio y a una realización más profunda de la vida. Debe estar equipada para resolver y manejar todo lo que se le presenta, a fin de obtener resultados mejores y más elevados. Los poderes del hombre deben ser extendidos hasta su máxima expresión constructiva. No debe haber límite estandarizado de realización, pues tal adquisición los dejará complacidos, autosatisfechos y, por lo tanto, estáticos. Deben ser siempre guiados de los estados inferiores a los superiores de comprensión, de manera que la facultad de percepción debe expandirse constantemente. Expansión y crecimiento son ley de la vida, y aunque la masa humana debe ser elevada por un sistema de educación adaptado para proporcionar el máximo bien al mayor número, hay que entregar al individuo su plena herencia y proporcionarle la cultura especial que fomentará y fortalecerá a los más aptos y mejores entre nosotros, porque en su realización reside la promesa de la nueva era. Los inferiores y los retrasados deben tener también su entrenamiento especial, a fin de poder alcanzar la norma elevada que establezcan los educadores. Pero es de mayor importancia que ningún individuo, con equipo y aptitud especial, quede detenido al nivel uniforme del estándar masivo de la clase educada.

Precisamente aquí es donde se presenta la dificultad de definir la educación, y surge la duda sobre cuáles serán los verdaderos objetivos y la real meta. El Dr. Randall expresa esto mismo en un artículo sobre educación y religión, en el cual dice:

“Recomendaría que la educación se definiera como un posible ejercicio de meditación personal. Que cada uno se pregunte a sí mismo qué entiende por educación; si discurre profundamente sobre la cuestión descubrirá que para contestarla debe penetrar hasta el significado más profundo de la vida misma. Pensar seriamente sobre el significado de la educación obliga a encarar las cuestiones fundamentales de la vida como nunca se hizo… ¿Es el conocimiento la finalidad de la educación? Ciertamente sí; ¿pero conocimiento de qué? ¿Su finalidad es el poder? Nuevamente, sí; pero poder, ¿con qué fin? ¿Su finalidad es el ajuste social? La era moderna contesta enfáticamente, sí; pero ¿qué clase de ajuste debe ser y qué ideales lo han de determinar? La educación no persigue el mero conocimiento o el mero poder de cualquier tipo, sino el conocimiento y el poder aplicados a usos correctos. Esto lo reconoce la mente pedagógica más progresiva, aunque no la opinión popular del momento…

“La nueva educación tiene como gran finalidad, el entrenamiento y desarrollo del individuo con fines sociales, es decir, para el máximo servicio del hombre…

“Comúnmente clasificamos la educación bajo tres subdivisiones: primaria, secundaria y superior. A éstas quisiera agregar una cuarta, la más elevada. La educación más elevada es la religión pero también es educación.”

Es interesante observar que las mismas ideas fueron expresadas por Bhagavān Dās en la Primera Conferencia Asiática de Educación; dice:

“Las reglas de la Religión, es decir, de la Ciencia más grande, nos permiten… cumplir más ampliamente con todas estas deudas y deberes. Se ha descrito a la religión como el mandamiento o revelación de Dios. Esto en otras palabras significa sólo las leyes de la Naturaleza de Dios, según las revelan las tareas intelectual, intuitiva, inspirada, de los videntes y científicos de todas las religiones y naciones… Hemos oído bastante de las tres R. Esta cuarta R, de la genuina Religión, es mucho más importante que todas ellas… Pero primero hay que descubrirla y pensarla cuidadosamente. Corresponde a todos los educadores sinceros ayudar en esta tarea, aplicando los métodos científicos de determinar coincidencias en medio de diferencias.”

En Oriente y Occidente se tiene la impresión de que un sistema educativo que no aparta al hombre del mundo de los asuntos humanos y no lo lleva a una conciencia más amplia de las cosas espirituales, fracasa en su misión y no está a la altura de las elevadísimas exigencias del alma humana. Un método que se limite a cultivar el intelecto y prescinda de la facultad de intuir la verdad, evidenciada por las mejores mentalidades, carece de muchas cosas. Al dejar a los estudiantes con mentes cerradas y estáticas, quedan sin los elementos que los ponen en contacto con el intangible y sutil “cuatro quintos de la vida” que el Dr. Wiggam nos dice que reside enteramente fuera del reino del entrenamiento científico. Es necesario abrir la puerta a quienes puedan ir más allá del entrenamiento académico de la mente en relación con la vida en el plano físico.

“Somos conscientes de los límites de la razón humana; comprendemos la significación de nuestras luchas; somos los amos de la naturaleza. Podemos simultáneamente tener una vista del mundo interno y el externo. Debido a que podemos determinar científicamente cuáles son nuestras verdaderas intenciones, no tenemos por qué ser víctimas del propio engaño… En adelante esta posibilidad debe convertirse en el móvil consciente de la vida. Hasta ahora no ha desempeñado esa parte. Sin embargo, esto es precisamente lo más importante, porque el centro de la conciencia determina el punto de partida del hombre. Dondequiera cambie el énfasis dentro de sí mismo, allí precisamente queda; el entero Ser del hombre se reorganiza de acuerdo con él; por consiguiente, una vida basada en el conocimiento, necesita una educación que lleve a la síntesis de la comprensión y de la acción.

“Toda la educación en Oriente va dirigida estrictamente hacia la comprensión sensoria…, única manera de probar que conduce a elevar el nivel del Ser esencial… Lo esencial no es información sino comprensión, y la comprensión puede alcanzarse únicamente mediante la aplicación creadora personal… Percepción sensoria siempre quiere decir dar significado a una cosa; la dimensión de la significación se dirige de adentro hacia afuera. Por lo tanto conocimiento (en el sentido de información) y comprensión, tienen en realidad la misma relación entre sí que la naturaleza y el espíritu. La información se obtiene de afuera adentro; la comprensión es un proceso creador en dirección opuesta. Bajo estas circunstancias no hay una vía directa que conduzca de una meta a otra. Se puede saber todo sin comprender nada, y esto es precisamente a lo que nuestra educación, que tiende a la acumulación de información, ha llevado a la mayoría.”

¿No está de acuerdo con el desarrollo evolutivo la idea de que la finalidad verdadera de la educación es conducir a la humanidad fuera del cuarto reino o humano y a aquel reino espiritual donde los precursores que llamamos Místicos, y los Personajes que fijan las normas de la raza, viven, se mueven y tienen su ser? De esta manera el género humano será elevado desde el mundo material objetivo hasta la región del espíritu, donde residen los verdaderos valores y se establece contacto con ese yo superior que puede ser revelado por los yoes individuales que sólo existen para ello.

Del Intelecto a la Intuición”, Alice Ann Bailey.