El Ciclo de Conferencias – Segunda Parte

Marzo de 1945

Dos conferencias importantes, pero preliminares, ya han tenido lugar, inaugurando así este nuevo ciclo de funcionamiento grupal. La Liga de las Naciones fue un esfuerzo malogradobienintencionado pero relativamente inútil, como lo demostraron los eventos posteriores. Una de estas conferencias iniciales se efectuó en Yalta. Allí, tres hombres, constituyendo un triángulo básico, se reunieron con buena voluntad hacia todos y se esforzaron por sentar la base para los futuros acontecimientos mundiales.

Todos los verdaderos movimientos que condicionan largos ciclos en los asuntos mundiales tienen en su centro un triángulo, por el cual puede afluir la energía y llevarse a cabo ciertos propósitos definidos.

Poco se comprende todavía respecto a la naturaleza de la tarea que se debe realizar o el tipo característico de los hombres que trabajan en los grupos y Ashramas de primer rayo y en cuyas manos descansa, en cualquier momento dado, el destino político del hombre. Todo el tema del discipulado ha sido distorsionado por las definiciones teológicas, basadas en la dulzura del carácter que con frecuencia actúa singularmente a favor de la ineficacia.

El largo ciclo de gobierno eclesiástico ha dado un sesgo partidista al pensamiento humano, de manera que la índole de la fortaleza y efectividad espiritual es interpretada en términos de religión, en la terminología eclesiástica (no digo del cristianismo), o en la fraseología de un marcado pacifismo o un control dominante, religioso, temporal. El largo régimen de las diferentes iglesias ha terminado. Esto debería ser captado. Han realizado su trabajo —en las primeras etapas fue muy bueno, en las etapas intermedias necesariamente de consolidación y, en la etapa moderna, un trabajo cristalizador y reaccionario. El gobierno de las iglesias ha pasado, pero no los preceptos del cristianismo o el ejemplo de Cristo. Sin embargo, Él es responsable de una presentación más nueva y efectiva de la religión mundial venidera, y las iglesias deberían prepararse para ello si tienen suficiente iluminación para reconocer su necesidad y Su esfuerzo para satisfacer esa necesidad.

Hoy debe alcanzarse un equilibrio y éste tendrá lugar por intermedio de una conducción estatal iluminada y por medio de una actividad política que estará basada cada vez más en el bien de toda la humanidad y no en el beneficio de cualquier nación en particular.

Este equilibrio no se expresará en términos religiosos ni en la así llamada terminología espiritual. Se expresará mediante el trabajo grupal, las conferencias, la unión de naciones, los partidos organizados y la legislación. Todo esto será el resultado de una intensa actividad de los Maestros y de sus discípulos de primer Rayo de Voluntad o Poder. La finalidad de su trabajo será expresar la voluntad-al-bien, pues ven al mundo con mayor amplitud. Quizás al no iniciado le parezca que actúan aislados y que las decisiones que proclaman al mundo son demasiado severas, provocando la irritabilidad de los de mente cerrada y de quienes interpretan la libertad en términos de su oscuro punto de vista individual. Sin embargo, trabajan bajo la dirección espiritual como cualquier guía religioso y esto será ampliamente reconocido.

La historia justificará sus acciones, porque habrán dado una orientación a los asuntos mundiales y al pensamiento humano, cuyo resultado será una más clara percepción de la necesidad. Su actuación evocará la discusión y a menudo el desacuerdo, como sucedió con las decisiones del triángulo de trabajadores de Yalta. Pero debido a su modo de ser no se resienten por ello; saben que la discusión evocada y las críticas surgidas revelarán la pequeñez y los instintos separativos inherentes en sus opositores y —al mismo tiempo— evocarán la unión de quienes ven detrás de la actividad inicial aparentemente osada, un esfuerzo para precipitar con claridad las cuestiones que enfrenta la humanidad. La humanidad podrá así ser llevada a la comprensión. Estas son las cosas que el triángulo en Yalta intentó hacer. Quizás no las reconocieron conscientemente como un trabajo que se les pidió hacer debido a su discipulado, sino que automáticamente actuaron de este modo porque sintieron correctamente la necesidad humana. Estuvieron y están dificultados por el hecho de su propia humanidad, que los hace propensos a cometer errores, pero están mucho más dificultados por los hechos del egoísmo humano y la codicia nacional y por el bajo nivel general de la realización humana —considerando a la humanidad como un todo.

Habiendo aclarado las cuestiones tales como ellos las ven, y habiendo evocado el entusiasmo de los hombres de buena voluntad del mundo y la crítica violenta de quienes piensan en términos de partidismo, nacionalismo y prejuicio, el experimento de la conferencia en la ciudad de México fue emprendido con éxito. Se comprendió que los estadistas podían contar con que había cierta medida de unidad hemisférica y así sentarse los cimientos para la mucho más difícil conferencia internacional en San Francisco en el momento del Wesak, la Luna Llena del Buda. No por nada esta conferencia se celebra durante los cinco días de la Luna Llena de Wesak. Será un momento de suprema dificultad,donde las Fuerzas de la Luz se enfrentarán con lo que yo llamo “las fuerzas de egoísmo y separatividad”.

Subjetivamente hablando, la conferencia estará bajo la influencia directa de la Jerarquía. El consiguiente estímulo, tanto de los aspectos egoístas como de los altruistas, evocará una tremenda potencia emocional y mental. Por lo tanto, es esencial que todos los aspirantes y discípulos pongan el peso de su desarrollo espiritual y la luz de su alma, del lado de las Fuerzas que tratan de hacer planes para el bien de la humanidad y que consideran al bienestar de la totalidad de mucha mayor importancia que cualquier situación o exigencia nacional.

Hoy debe alcanzarse un equilibrio y éste tendrá lugar por intermedio de una conducción estatal iluminada y por medio de una actividad política que estará basada cada vez más en el bien de toda la humanidad y no en el beneficio de cualquier nación en particular.

Extraído de: “La Exteriorización de la Jerarquía”, Alice Ann Bailey.