En cualquier consideración de este tema, es obvio que hay tres factores principales que deben considerarse:
- El agente iniciador. Uso esta palabra con intención deliberada, porque el poder de trabajar telepáticamente, como agente iniciador y como receptor, está íntimamente conectado con la iniciación, y es uno de los indicios de que un hombre está preparado para ese proceso.
- El receptor de eso que le es trasmitido en las “alas del pensamiento”.
- El medio a través del cual se intenta trasmitir la trasferencia de pensamiento, de idea, de deseo, de impresión, y por lo tanto de alguna forma de conocimiento.
Esta es la declaración más simple de la mecánica elemental del proceso. Esto indica, asimismo, la comprehensión más elemental del pensamiento cubierto tan a menudo por el Bhagavad Gita en las palabras que hemos traducido en Occidente con los términos: el Conocedor, el Campo de Conocimiento y lo Conocido. A menudo se les ha dicho que todo libro sagrado, tal como el Bhagavad Gita, por ejemplo, tiene varias interpretaciones que dependen del punto en la evolución del lector, o buscador de la verdad. Esta interpretación del Bhagavad Gita en términos de Comunicador, Comunicación y Comunicante aún demanda elucidación, y en la idea que les trasmití anteriormente les he dado un indicio.
El trabajo de los comunicadores telepáticos es uno de los más importantes en la era venidera, y será de valor obtener alguna idea de su significación y sus técnicas.
Telepatía instintiva está basada en esos impactos de energía que provienen de un solo cuerpo etérico y hacen una impresión sobre otro. El medio de comunicación empleado es, como hemos visto, la sustancia etérica de todos los cuerpos, que necesariamente es una con la sustancia etérica del planeta. La zona alrededor del plexo solar (aunque no en relación directa con ese centro al existir como un instrumento diferenciado de todos los otros instrumentos o centros) es sensitiva al impacto de la energía etérica, pues esta zona en el cuerpo etérico está en “contacto” directo con el cuerpo astral, el cuerpo de sentimiento. Además, próximo al plexo solar se encuentra ese centro cerca del bazo que es el instrumento directo para la entrada de prana en el mecanismo humano. Esta respuesta instintiva al contacto etérico fue el modo de comunicación en tiempos lemurianos y suplantó en gran parte al pensamiento y al habla. Involucraba principalmente dos tipos de impresión: la que tenía que ver con el instinto de auto-conservación y la que tenía que ver con la auto-reproducción. Una forma más elevada de esta telepatía instintiva ha sido preservada para nosotros en la expresión que usamos con tanta frecuencia, “tengo el presentimiento de que…”, y frases afines. Estas son más claramente astrales en sus implicaciones y operan mediante la sustancia astral, usando la zona del plexo solar como una placa sensitiva para impacto e impresión.
Un punto debería aclararse aquí, y deberían reflexionar sobre él. Esta sensitividad astral (no etérica) o “telepatía sentidora” es básicamente el modo atlante de comunicación y finalmente involucraba el uso del centro plexo solar como agente receptor; el agente emisor (si puedo usar tal frase) operaba, sin embargo, a través de toda la zona del diafragma. Era como si allí apareciera, mediante emergencia, una reunión de fuerzas o salientes ondas de energía en esa parte del vehículo humano. La zona relativamente amplia desde la cual la información era enviada, actuaba como un gran distribuidor general; la zona que recibía la impresión, sin embargo, era más localizada, involucrando sólo el plexo solar. La razón de esto puede hallarse en el hecho de que en días atlantes el ser humano todavía era incapaz de pensar, como nosotros comprendemos el pensar. En un sentido difícil de captar para nosotros, toda la parte inferior del cuerpo estaba entregada al sentimiento; la única contribución-pensamiento del comunicador era el nombre del receptor, más el nombre o forma nominal de eso que era la idea comunicar. Este pensamiento embrión improvisaba su camino hacia su meta, y el poderoso aparato “sentidor” del plexo solar lo recibía (actuando como un imán) y formulaba la “impresión sentidora” poderosamente allí, recurriendo de este modo al comunicador. Este es el proceso que se persigue cuando, por ejemplo, alguna madre “siente” que algún peligro amenaza a su hijo, o que está teniendo lugar algún acontecimiento en conexión con su hijo. Así a veces a ella le es posible enviar, por medio del amor instintivo, una advertencia muy clara. El plexo solar está involucrado en lo que concierne al receptor; la zona alrededor del diafragma está involucrada en lo que concierne al comunicador.
2. En nuestra raza Aria, el trabajo telepático instintivo es todavía la principal expresión de esta posibilidad espiritual, pero al mismo tiempo la telepatía mental está prevaleciendo cada vez más. Esto sucederá cada vez más a medida que trascurra el tiempo. En este período de transición es muy difícil definir, o diferenciar, las peculiares zonas involucradas, porque el plexo solar está todavía sumamente activo. Lo que hoy tenemos es una mezcla de telepatía instintiva y el comienzo de telepatía mental. Esto sin embargo se manifiesta muy raramente, y luego sólo en las clases educadas. Con las masas, la telepatía instintiva es todavía el modo de contacto. El centro laríngeo está principalmente involucrado en lo que concierne a la telepatía mental; a veces también hay un poco de actividad cardíaca y siempre una medida de reacción del plexo solar. De ahí nuestro problema. Con frecuencia el comunicador enviará un mensaje vía el centro laríngeo, y el receptor usará todavía el plexo solar. Este es el método más frecuente, y les pediría recordar esto. El envío de un mensaje puede involucrar al centro laríngeo, y frecuentemente lo hace en conexión con los discípulos, pero el receptor probablemente utilizará el centro plexo solar. El centro laríngeo es el centro, por excelencia, o el medio, de todo trabajo creativo. Sin embargo, el corazón y la garganta finalmente deben ser utilizados en síntesis. Anteriormente expuse la razón de esto en las palabras: “Sólo desde el centro cardíaco pueden manar, en realidad, esas líneas de energía que conectan y unen. Fue por esta razón que he asignado ciertas meditaciones que estimulaban al centro cardíaco a la acción, conectando el centro cardíaco (entre los omóplatos) con el centro coronario, por medio de la correspondencia superior del centro cardíaco que se halla dentro del centro coronario (el loto de mil pétalos). Cuando este centro cardíaco es adecuadamente radiatorio y magnético, relaciona a los discípulos entre sí y con todo el mundo. También producirá esa interacción telepática que es tan de desear y que es tan constructivamente útil a la Jerarquía espiritual —siempre que se establezca dentro de un grupo de discípulos prometidos, dedicados al servicio de la humanidad. Entonces puede confiarse en ellos”.
3. Telepatía intuicional es uno de los desarrollos en el Sendero de Discipulado. Es uno de los frutos de verdadera meditación. El área involucrada es la cabeza y la garganta, y los tres centros que se activarán en el proceso son el centro coronario, que es receptivo a la impresión desde fuentes superiores, y el centro ajna que es el recipiente de las impresiones intuicionales idealistas; este centro ajna puede entonces “trasmitir” aquello que es recibido y reconocido, utilizando al centro laríngeo como el creativo formulador de pensamiento, y el factor que corporiza la idea presentida o intuida.
Se les evidenciará, por lo tanto, cuán necesario es tener un mejor reconocimiento de la actividad de los centros, como se los detalla en la filosofía hindú; y hasta que no haya alguna real comprensión de la parte que juega el cuerpo vital como el trasmisor y como el recipiente de sentimientos, pensamientos e ideas, habrá poco progreso realizado en la correcta comprensión de modos de comunicación.
Extraído de: “Telepatía y el Vehículo Etérico”, Alice Ann Bailey.


