CONSTELACIONES, PLANETAS Y CORRIENTES DE ENERGÍA

Las energías de las doce constelaciones están mezcladas con las de los doce planetas, pero su poder para evocar respuesta, y para ser conscientemente recibidas, reconocidas y empleadas, depende enteramente del tipo de mecanismo de respuesta de la Vida planetaria y del hombre individual. Se ha dicho correctamente que conciencia depende de los vehículos de conciencia, del punto de desarrollo de los mismos y de la habilidad del individuo para identificarse con las energías e impulsos que están llegando a él, y no depende solamente de eso que ya es una parte o aspecto reconocidos de sí mismo. Podría decirse que la respuesta superior a las realidades y cualidades reveladas y hechas posibles por el impacto de energía desde los signos zodiacales depende un tanto de la influencia menguante de los planetas para mantener abajo el aspecto conciencia del hombre. Reflexionen sobre esto, pues corporiza una profunda verdad esotérica.

Así, dos potentes corrientes de energía —cósmica y sistémica— llegan al hombre vía los centros planetarios de fuerza condicionantes (los siete esquemas planetarios en el sistema solar y sus siete centros correspondientes en el planeta en el que vivimos) y afluyen a las “doce casas” simbólicas por su intermedio. Es por esta razón que se habla de nuestro sistema solar como uno de “dualidad intrínseca” (amor-sabiduría), y que la tarea mayor del hombre es la “regulación de los pares de opuestos”. El tema de la dualidad, por lo tanto, recorre toda la historia de desarrollo del hombre. Sobre los tres planos de desenvolvimiento humano la reconciliación avanza.

  • Sobre el plano físico encontramos el fundido de las fuerzas densas y las etéricas. Esto es consumado sobre el Sendero de Purificación.
  • Sobre el plano astral debe llegar la resolución de los pares de opuestos. Esto es consumado sobre el Sendero de Discipulado.
  • Sobre el plano mental, el Ángel de la Presencia y el Morador en el Umbral son puestos cara a cara. Su síntesis es ocasionada sobre el Sendero de Iniciación.

A este respecto lo que es verdad acerca del hombre es también verdad acerca de la humanidad como un todo, del Logos planetario de la Tierra como de todos los Logos planetarios y de un Logos solar. La analogía entre la fusión de los pares de opuestos, por ejemplo, sobre el plano físico puede ser vista en la consciente y dirigida fusión de las fuerzas planetarias con la energía de cualquier planeta, o grupo de planetas, específico. La analogía, involucrando discriminación para regular y contrarrestar la fuerza de los pares de opuestos sobre el plano astral, puede ser vista cuando las energías del signo del sol y de los planetas están perfectamente dirigidas y ajustadas. La analogía también puede ser llevada adelante al plano mental, y cuando las energías del signo del sol y el signo ascendente están coherentemente mezcladas y expresadas (tanto en el caso del individuo o de una Vida planetaria) sobreviene un punto de crisis en donde el alma y la personalidad se enfrentan cara a cara. El Ángel de la Presencia, distribuyendo fuego solar y manteniendo fuego eléctrico enfocado, y el Morador en el Umbral, expresando y utilizando fuego por fricción, se conocen uno a otro “con íntimo conocimiento oculto”. Entonces queda abierta de par en par la puerta a través de la cual la vida y luz de las tres constelaciones mayores pueden —después de la tercera iniciación— estar ocultamente disponibles para el iniciado, ya sea un ser humano liberado o un Logos planetario.

Tres Jerarquías Creativas condicionan al hombre en encarnación, la 4ta. (o 9na.), la 5ta. (o 10ma.) y la 6ta. Estas, en colaboración, crean al hombre y, al mismo tiempo, constituyen el campo de su expresión. El hombre es en consecuencia una mezcla de fuego eléctrico, siendo una Llama divina, y deviene eventualmente responsivo a las tres influencias controladoras mayores; él es también fuego solar, siendo un Ángel solar en manifestación. Él deviene luego cada vez más responsivo a las influencias de las doce constelaciones. Él es asimismo fuego por fricción y cae bajo la influencia de los planetas. … mucho de lo que diré estará basado sobre:

  • La rueda de vida y el sendero del hombre, el ser humano, a medida que pasa a través de los signos de acuerdo al modo reconocido por la astrología ortodoxa. Él, así como también los planetas, aparentemente retrograda a través de los signos y parece pasar a través de las constelaciones desde Aries a Tauro. Pero esto es todo parte de la Gran Ilusión.
  • La rueda de vida y el sendero del hombre, el alma espiritual o divina, a medida que pasa a través de los signos del zodiaco de acuerdo al modo estudiado por el astrólogo esotérico. Este es el Sendero de Realidad como el otro es el Sendero de Ilusión. Esto lleva al discípulo por el sendero desde el comienzo en Aries hasta la consumación en Piscis.

El método actual está basado en la verdad temporaria de que el hombre común está sujeto a la naturaleza ilusoria de la manifestación y “como él piensa, así es él”. Sin embargo cuando se convierte en Hércules, el Dios Sol (o Ángel solar), empieza a invertir el proceso (de nuevo sólo aparentemente) y una definida reorientación tiene lugar. Los Instructores en el lado interno, por lo tanto, estudian el horóscopo sólo en su relación con las tres entidades siguientes:

  • El horóscopo del planeta mismo como la expresión de la vida del Logos planetario. Esto implica el estudio del horóscopo del espíritu del planeta así como también de la Vida informante y su relación e interacción conjunta. El espíritu de la Tierra es para el Logos planetario de la Tierra, por ejemplo, lo que la personalidad (o naturaleza forma) es para el alma del hombre. Los dos horóscopos son superpuestos y “el patrón planetario” entonces emerge.
  • El horóscopo de la familia humana, o del cuarto reino en la naturaleza, contemplándolo como una entidad, lo cual esencialmente es. Esto es en realidad el estudio de dos horóscopos, como en el caso anterior; el horóscopo del reino de almas, de los divinos hijos de Dios sobre el plano mental, y el estudio de la entidad que es la vida coherente del lado forma del cuarto reino en la naturaleza. Esto nuevamente se hace superponiendo las dos cartas. Estas cartas son dibujadas a gran escala y en un material trasparente del cual la humanidad nada sabe. Sobre estas cartas son notados el patrón que emerge cuando “alma y personalidad son juntadas”, y condiciones presentes, desarrollos y relaciones posibles y el objetivo futuro inmediato aparecen con claridad.
  • Los horóscopos de discípulos. Los Maestros no estudian las cartas del hombre común no desarrollado. No hay beneficio alguno en hacerlo. Esto implica nuevamente el estudio de los dos horóscopos del discípulo bajo inspección —uno del alma y el otro de la personalidad. Nuevamente es utilizado el proceso de superposición. En un horóscopo la nueva orientación y la vida interna reorganizada embrionaria serán notadas y estudiadas, y en el otro la vida externa y su conformidad o no-conformidad con condiciones internas será el sujeto de atención. Así el patrón de vida emergerá, posibilidades serán indicadas, problemas desaparecerán y el próximo paso inmediato estará claramente expuesto.

Por tanto llega a ser evidente de nuevo hasta qué grado el “principio de dualidad” entra en todo. Es un dualismo cambiante, según dónde el énfasis pueda estar situado, pero este dualismo está presente hasta la última y final iniciación —presente en las etapas posteriores del proceso evolutivo, en el ajuste de relaciones de forma pero no presente en la conciencia del discípulo de grado avanzado. Ese es el punto mayor a ser captado.

Extraído de: Astrología Esotérica, Alice Ann Bailey