APUNTES PARA COMPRENDER MEJOR

En los libros ocultistas se ha dado mucho de lo cual el astrólogo término medio sigue sin percatarse profundamente. Es esencial que aprenda a pensar en Totalidades más grandes y a estar hondamente preocupado por las Fuentes de emanación y por las Causas persistentes y eternas, que por los efectos de estas Fuentes sobre esa creación efímera, un ser humano y su existencia temporal sobre un planeta muy poco importante. A medida que procure hacer esto, descubrirá por sí mismo los signos de la divinidad esencial del hombre —una divinidad que ha de encontrarse en la infinita captación de la conciencia del hombre cuando está iluminada por la luz del alma y en su poder para proyectar su pensamiento en la conciencia de esas múltiples Vidas Cuyos “movimientos energéticos” debe compartir forzosamente porque su pequeña pizca de energía es una parte integrante de la de Ellas.

Hay un aspecto de la energía que el astrólogo moderno tiene muy poco en cuenta, y sin embargo es de suma importancia. Esta es la energía que emana o irradia de la Tierra misma. Viviendo como lo hacen todos los seres humanos sobre la superficie de la Tierra y estando, por lo tanto, proyectado en el cuerpo etérico del planeta (en razón de que “el hombre permanece erguido”), el cuerpo del hombre está en todo momento bañado en las emanaciones y radiaciones de nuestra Tierra y en la cualidad integral de nuestro Logos planetario a medida que Él emite y trasmite energía dentro de Su entorno planetario. Los astrólogos siempre han enfatizado las influencias y energías entrantes a medida que golpean y actúan a través de nuestro pequeño planeta, pero han omitido considerar adecuadamente las cualidades y fuerzas emanando que son la contribución del cuerpo etérico de nuestra Tierra al todo mayor. Esto lo consideraremos más adelante, pero sentí la necesidad de llamarles la atención sobre ello en este momento.

Otro punto que aquí debería notarse es que la influencia de la luna es de naturaleza y efecto puramente simbólicos y es simplemente el resultado de antiguo pensamiento y enseñanza (descendida a nosotros de tiempos lemurianos) y no se basa en ninguna radiación o influencia verdadera. … quisiera que ustedes tuvieran definitivamente en cuenta que hoy la luna es nada más que una forma muerta. No tiene emanación alguna ni radiación alguna de ninguna clase y, por lo tanto, no tiene efecto alguno de ninguna clase. … la luna no tiene cualidad propia ni puede trasmitir nada a la Tierra. Permítaseme reiterar: La luna es una forma muerta; no tiene en absoluto emanación alguna. Por eso en la antigua enseñanza se habla de la luna como “velando a Vulcano o a Urano”. Esta insinuación o inferencia siempre ha estado aquí y los astrólogos harían bien en experimentar con esta sugerencia que hice acerca de la Luna y (en lugar de trabajar con la luna) que trabajen con Vulcano cuando se trate del hombre término medio o no desarrollado y con Urano cuando se esté considerando al hombre altamente desarrollado. Encontrarían algunos resultados interesantes y convincentes.

Los estudiantes además harían bien en recordar que las doce constelaciones que constituyen nuestro zodiaco particular son ellas mismas los recipientes de muchas corrientes de energía que llegan a ellas desde muchas fuentes. Estas se mezclan y fusionan con la energía de cualquier constelación particular y —trasmutadas y “ocultamente refinadas”— eventualmente encuentran su camino hacia nuestro sistema solar.

Me gustaría llamar la atención, en este punto, sobre algunos comentarios que hice en Un Tratado sobre Fuego Cósmico que son apropiados y útiles. Estoy parafraseando un poco:

“La astrología está interesada en el efecto producido en la sustancia de las envolturas por las influencias, vibraciones, etc., de los diversos planetas. Son, esotéricamente, las influencias de los centros solares. Las fuerzas, emanando de los centros solares, aprovechan los centros planetarios… Esto está escondido en el karma del Hombre Celestial. Cuando nazca la verdadera astrología esotérica se dará más acerca de esto… Los estudiantes de astrología hoy están sólo aprendiendo el abecé de este estupendo tema y se ocupan de las orlas exotéricas de ese gran velo que ha sido sabiamente tendido sobre la tradición planetaria.”

Un Tratado sobre Fuego Cósmico, p. 842.

La siguiente es una lista —incompleta pero adecuada para nuestros propósitos— de las influencias mayores que encuentran su camino desde Fuentes muy distantes hacia nuestra vida planetaria y producen efectos definidos sobre el hombre y la humanidad como un todo:

I. 1. La constelación de la Osa Mayor.

I. 2. Las Siete Hermanas de las Pléyades.

I. 3. Sirio, la Estrella del Perro.

II. 1. Los siete sistemas solares de los cuales el nuestro es uno.

II. 2. Los siete planetas sagrados, de los cuales el nuestro no es uno.

II. 3. Los cinco planetas no sagrados o planetas “escondidos”.

III. 1. Los siete centros planetarios.

III. 2. Los siete centros de fuerza en el cuerpo etérico humano.

IV. 1. Las doce constelaciones zodiacales.

Tenemos así un nónuple impacto de energía. Esta clasificación es importante pero debería recordarse que hay otros impactos de relativa insignificancia. A estas se agregarían otras corrientes de energía… tales como esas que provienen de esa gran estrella, Betelgeuse, o de Antares y otros estupendos soles y sistemas solares relacionados con las constelaciones del zodiaco y cuya fuerza nos llega a través de estas constelaciones y no directamente.

Además de estas, debería recordarse que técnicamente deberíamos añadir también la influencia radiatoria que nos llega directamente desde el planeta, la Tierra, en el que vivimos. Entonces, y sólo entonces, ustedes pueden tener un análisis y un cuadro bastante completos de las energías a las cuales el cuerpo etérico del hombre (condicionando al cuerpo físico que es pre-eminentemente automático y negativo en sus reacciones) debe responder y siempre responde. Una comprensión de esa respuesta y el control consciente e inteligente de las reacciones individuales son sumamente necesarios para el hombre, pero sólo llegan a ser posibles en una etapa de desarrollo bastante avanzada y a medida que él se acerca al Sendero (técnicamente comprendido).

No puedo dejar de repetir fuertemente que astrología esotérica concierne por entero a las fuerzas y energías que afectan al aspecto conciencia del ser humano, y condicionan la vida de la personalidad. Este es el punto que debe ser considerado por sobre todo lo demás. En otras palabras, astrología esotérica concierne al alma y no a la forma y, por lo tanto, todo lo que tengo que decir se refiere a conciencia, a su expansión, a su efecto sobre sus vehículos, la forma, y —en el último análisis (como se establecerá más tarde)— a la Ciencia de Iniciación. Esto ya lo he señalado antes, pero la idea es tan nueva y el acercamiento tan universal o cósmico, que no resulta fácil para quienes están entrenados en moderna astrología exotérica comprehender verdaderamente la significación de esta enseñanza.

Extraído de: Astrología Esotérica, Alice Ann Bailey