El Ciclo de Conferencias – Tercera Parte

Marzo de 1945

Recuerden que las Fuerzas del Mal siguen siendo poderosas, particularmente en el plano físico, y pueden actuar por medio de muchos canales. Alemania está derrotada, pero sigue siendo capaz de un esfuerzo final de destrucción y violencia. Japón está en camino de ser derrotado, pero es aún poderoso. La jerarquía del mal, en el aspecto interno, está siendo rechazada por las Fuerzas de la Luz, pero no ha aflojado su aferramiento a la humanidad. Por medio de la ignorancia estas fuerzas pueden alcanzar aún mucho poder —la ignorancia de la humanidad misma. Las naciones y los pueblos siguen ignorando la verdadera naturaleza de los demás; en el mundo abunda la desconfianza y la suspicacia.

La humanidad, como un todo, poco sabe sobre Rusia, por ejemplo. La verdadera significación de su ideología es incomprendida debido a los errores iniciales de quienes dirigieron la revolución; el libertinaje de los hombres sin ley, dio a la humanidad observadora, en los primeros días, una errónea visión de lo que estaba sucediendo. Pero esos días han terminado. En los fuegos del sufrimiento y por medio de una comprensión profundizada, esta nación grandey compuesta avanzará hacia una demostración de la hermandad, de la que puede dar ejemplo a todo el mundo. China necesita la total alfabetización; sus ciudadanos no conocen nada de las otras naciones; en una vuelta superior de la espiral, esa supremacía educativa que caracterizó a una oligarquía del saber, en los días de la antigua gloria de China, caracterizará nuevamente a las masas de su pueblo. El gran continente europeo y los pueblos británicos ignoran aún el significado real del hemisferio occidental y de los Estados Unidos —con su exuberante juventud. Lo encuentran tan irritante, como su profunda madurez y amplia experiencia demuestra ser irritante para los americanos. Los americanos, tanto en el hemisferio norte como en el hemisferio sur, ignoran básicamente la historia de las naciones de las cuales originaron, porque pusieron el énfasis en su relativamente breve historia y fueron educados sobre un cuadro parcial y frecuentemente prejuicioso respecto a la cultura europea y a los objetivos británicos. Esta ignorancia difundida en todo elmundo le hace el juego a las Fuerzas del Mal y —vencidas como lo están en el plano físico— lucharán más violentamente contra la buena voluntad mundial en los planos de la decisión emocional, y contra esas ideologías que beneficien a toda la humanidad en los niveles mentales.

A causa de que los métodos del plano físico han dado como resultado sólo la total devastación de Europa y víctimas que (si se incluyen civiles, hombres, mujeres y niños) suman incontables millones, las fuerzas del mal ahora tratarán de utilizar el carácter de la humanidad como un todo (en su actual punto de desarrollo) para obstaculizar a las Fuerzas de la Luz, impedir que haya tranquilidad y comprensión en el mundo y demorar el día de su propia derrota final. En esta derrota deberá incluirse la de los tres mundos —mental, emocional y físico— de la evolución humana. Durante largo tiempo estas fuerzas del mal han usado la sicología para alcanzar los fines que tenían en vista, y la usaron con asombroso éxito; todavía la están usando y seguramente emplearán sus métodos al máximo. Se valen de la prensa y la radio a fin de distorsionar el pensamiento humano; presentan verdades a medias, imputan móviles falsos, resurgen antiguos agravios, predicen (con malos augurios) dificultades inminentes, fomentan antiguos prejuicios y odios y acentúan las diferencias religiosas y nacionales.

A pesar de tanto clamor, exigencias y demanda de organización, en ninguna parte hay plena libertad de prensa, particularmente en los Estados Unidos, donde los partidos y los editores dictan la política de los diarios.

La razón principal por la cual no hay prensa alguna realmente libre se basa en dos factores:

  • Primero, el hecho de que la humanidad aún no está libre de sus razonamientos predeterminados, sus ignorancias básicas de la historia fáctica, o de las naciones y su sicología; la humanidad todavía está controlada por el sesgo racial y nacional y por el prejuicio.
  • Segundo, el hecho de que todo esto es nutrido y mantenido vivo por las fuerzas del mal, obrando en el lado interno de los asuntos humanos y ocupándose principalmente del ángulo sicológico porque es tan sumamente potente. Esto lo harán cada vez más a medida que se acerque el fin de esta guerra planetaria; tratarán de contrarrestar el trabajo de la Jerarquía, dificultar las actividades del nuevo grupo de servidores del mundo y oscurecer las cuestiones involucradas a tal grado que los hombres de buena voluntad en todas partes estarán desconcertados y no podrán ver los claros delineamientos de la situación fáctica ni distinguir qué es verdadero y qué es falso. No lo olviden, las fuerzas del mal son extremadamente hábiles.

También es necesario recordarnos que, habiendo ganado la guerra contra la agresión y la barbarie en el plano físico (y está ganada), la humanidad ha adquirido ahora el derecho de llevar lo realizado a una efectiva victoria sicológica y mental, y de hacerlo juntos y con la ayuda mancomunada de hombres y mujeres iluminados de todos los países —de allí la inauguración de este Ciclo de Conferencias y Concilios. Este ciclo será largo o corto, de acuerdo con la liberación de la voluntad-al-bien desde el mundo espiritual, en respuesta a la intención masiva de los hombres y mujeres de buena voluntad en todas partes.

A medida que el aspecto destructor de la Voluntad de Dios se acerca al cumplimiento del propósito divino, la voluntad-al-bien puede surgir con claridad y dominar los asuntos humanos. Del grandiosomal planetario, demostrado por la destructiva guerra de los últimos años (1914-1945), podrá venir un grande y permanente bien; la Jerarquía espiritual está preparada para evocar el bien latente que subyace en el trabajo de destrucción realizado, pero esto sólo puede suceder si la buena voluntad de la humanidad misma es empleada con adecuado poder invocador. Si esta buena voluntad halla expresión, dos cosas pueden suceder: primero, pueden ser liberados en la tierra ciertos poderes y fuerzas que ayudarán al esfuerzo de los hombres para lograr rectas relaciones humanas, con su efecto resultante —paz; segundo, las fuerzas del mal serán tan contundentemente derrotadas que jamás podrán volver a infligir tal destrucción universal a la Tierra.

Extraído de: “La Exteriorización de la Jerarquía”, Alice Ann Bailey.